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Las personas de la generación del milenio tienen una buena racha. Se espera que conformen el 75 por ciento de la fuerza laboral para el 2025[1], y tu grupo demográfico ya ha creado una reputación como uno que no tiene reparos en cambiar de empleo con frecuencia. Según Gallup, el 21 por ciento de las personas de la generación del milenio han cambiado de empleo en los últimos 12 meses —tres veces más que cualquier otro grupo etario— y es más probable que informen estar abiertos a una oportunidad de trabajo diferente que otras generaciones[2].
Como la mayoría de las personas, no solo las personas de la generación del milenio, que han cambiado de empleo, probablemente pueden dar fe de que puede haber algunos beneficios reales en esta estrategia profesional.
En primer lugar, y lo que es más obvio, puedes aumentar tu remuneración. No es irrazonable esperar que el incorporarse a una nueva compañía puede resultar en un aumento significativo en la remuneración y los beneficios.
En segundo lugar, hay valor en cambiar de empleo para adquirir nuevas habilidades. Puesto que tu todavía eres un miembro relativamente nuevo de la fuerza laboral, asumir una variedad de funciones en diferentes empresas resultará en nuevas habilidades y experiencias que pueden ser beneficiosas más adelante en tu carrera
Por último, las personas de la generación del milenio son conocidas por ser muy conscientes socialmente y sentirse muy orgullosas de mantenerse fieles a sus valores. Al trabajar para diferentes organizaciones, tienes la oportunidad de tantear el terreno para ver qué tipos de compañías e industrias tienen valores que se alinean con los tuyos.
“Dicho esto, puede haber algún riesgo financiero con los cambios de empleo frecuentes”, expresó Rich Ramassini, CFP (planificador financiero certificado), vicepresidente sénior y director de estrategia de ventas y desempeño de PNC Investments. “Si te encuentras anhelando nuevas oportunidades cada pocos años, es importante ser consciente de los riesgos y las estrategias asociados con este tipo de trayectoria profesional para que puedas mantenerte enfocado en tus metas profesionales a largo plazo”.
Como se mencionó anteriormente, la justificación para cambiar de empleo generalmente cae en al menos una de tres categorías: dinero, valores y/o experiencia.
Es importante que una persona que cambia de empleo justifique que la decisión de cambiar de empleo no es simplemente escapar de un empleo o una industria actual. Las personas que están aprovechando una oportunidad generalmente están más satisfechas con el cambio que aquellos que están “huyendo” de una situación.
“Asegúrate de sopesar las ventajas y desventajas de dejar un entorno conocido por un entorno desconocido”, agregó Ramassini.
Muchas personas, no solo las personas de la generación del milenio, solo miran los números de salario y remuneración de la línea superior. Sin embargo, ese pensamiento debería ajustarse. No se trata de cuánto ganas, sino de cuánto conservas.
Tu nuevo salario podría ser más alto que lo que estás ganando actualmente, pero ten en cuenta todos los cambios asociados. Por ejemplo, ¿estarás conduciendo más y, por lo tanto, tendrás que llenar tu tanque de gasolina con más frecuencia? ¿Estás trabajando en una ciudad o un pueblo diferente que tiene impuestos más altos? Hay muchas cosas aparentemente ocultas que podrían consumir tu salario neto, por lo que puedes terminar conservando menos dinero a largo plazo.
Los beneficios de jubilación tienen lo que se denomina un cronograma de adquisición de derechos. En términos sencillos, a veces hay fondos u opciones de acciones que son inaccesibles hasta que tu estés con la compañía por un cierto período de tiempo.
Si cambias de empleo antes de que el período de adquisición de derechos haya expirado, perderás esos beneficios.
“Eso no quiere decir que debes necesariamente rechazar una nueva oportunidad, pero ten en cuenta el cronograma de adquisición de derechos de tu compañía actual y tu preparación para la jubilación”, aconsejó Ramassini.
Además, otro riesgo es que si tú ingresas a un nuevo empleo sabiendo que es temporal, es posible que no inviertas para la jubilación o participes en beneficios patrocinados por el empleador, como el reembolso de la matrícula, la licencia parental y las compras de acciones de los empleados.
Es probable que tengas cuatro opciones. Hay muy pocas circunstancias que justifiquen retirar el efectivo de un plan con un cambio de empleo; de lo contrario, te estás sometiendo a sanciones significativas a corto y largo plazo. En su lugar, considera la posibilidad de transferirlo si tu nuevo empleador ofrece un plan de jubilación.
Cambiar de empleo con frecuencia no es intrínsecamente malo para tu carrera o la fuerza laboral en tu conjunto.
“Sin embargo, cuando llegan nuevas oportunidades de trabajo, es importante ser considerado acerca de tu razonamiento para aceptar la oferta, así como el impacto a corto y largo plazo en tu carrera, finanzas y vida en el hogar”, concluyó Ramassini.
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El sesenta por ciento de las personas de la generación del milenio declaran estar abiertos a una nueva oportunidad de trabajo, en comparación con el 45 por ciento de las personas que no son de la generación del milenio que dicen lo mismo[2].
Punto de Vista de PNC
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1. “Cómo la generación del milenio podría cambiar drásticamente a Wall Street y al sector corporativo de los Estados Unidos”, Brookings, 2014
2. “La generación del milenio: la generación que cambia de empleo”, Gallup, 2016
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