Transcripción

Amanda Agati:  

Los aranceles se implementan, se suspenden y son bloqueados en los tribunales. En la edición del mes de junio de Adding Alpha, hacemos un balance de la confusión en torno a la política fiscal y compartimos ideas sobre los indicadores que son más importantes para los mercados este verano. Pista: La melodía de referencia de junio es Taxman de los Beatles.

El 9 de abril realmente parece que sucedió hace mucho tiempo para los inversionistas. Desde que el mercado llegó a su punto mínimo, los mercados estadounidenses en su mayoría se han recuperado para ubicarse en los niveles que tenían en febrero. Por decir lo menos, ha habido una gran volatilidad simplemente “para volver exactamente al punto en el que empezamos”. Para quienes llevan la cuenta en casa, se trata de una canción de éxito de R&B de Maxine Nightingale de 1975.

Considerando que el índice S&P 500 ha vuelto a un nivel más o menos estable durante el año, quizás simplemente debería dejarlo así para esta edición de Adding Alpha. Deje caer el micrófono y simplemente diga, “qué tenga un excelente verano”.

La realidad es que no creemos que estemos fuera de peligro todavía en cuanto a la confusión de la incertidumbre de la política fiscal, y el fallo judicial que bloqueó los aranceles del 2 de abril es otro elemento en la larga lista de incertidumbre de los mercados. Las fuertes señales de los mercados bursátiles y de renta fija en meses recientes han sido reguladores claves con respecto a la cantidad de confusión en Washington que los mercados están dispuestos a resistir y son capaces de tolerar (es decir, el Trump Put, o el respaldo de Trump al mercado, es real), aunque sigue habiendo muchas preguntas abiertas que quedan sin respuesta.

Por eso necesitamos victorias reales para mantener este repunte del mercado, no solo una reducción, en particular en estos niveles de valuación. Lo más seguro es que el fallo judicial emitido por el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos llegue al Supremo Tribunal. Eso no significa que simplemente debamos lanzar por la ventana el manual de estrategia arancelaria, ya que el fallo judicial aún otorga autoridad al presidente para aplicar aranceles en el caso de los países con los que se tiene un déficit comercial.

Eso aún podría equivaler a tasas arancelarias de aproximadamente un 15 % durante 150 días para una amplia gama de socios comerciales, que incluyen a China, México, Vietnam y Japón. La política arancelaria se ha mantenido en un estado de cambio casi constante desde el primer día, por lo que esto simplemente se suma a la confusión en lo sucesivo.

Más allá del comercio, el enfoque se sigue centrando en el Congreso y la legislación tributaria. Las reducciones de impuestos establecidas en la Ley de Empleo y Reducción de Impuestos (TCJA) se prorrogarán. No se trata de una cuestión de si esto sucederá, sino más bien de cómo, qué y cuándo sucederá.

Se tiene la meta de aprobar la legislación tributaria a más tardar del 4 de julio a fin de evitar cualquier obstáculo adicional del mercado debido a la incertidumbre de la política fiscal, aunque se trata de una disposición legislativa compleja que necesita apoyo bipartidista, por lo que podría llevar más tiempo.

Como referencia, cuando se aprobó la TCJA en 2017, esta tardó tan solo 50 días desde su presentación a la Cámara de Representantes hasta que fue firmada por el presidente. En esta ocasión es mucho más difícil debido a que la mayoría republicana es mucho menor que en 2017, y se está presentando en un momento en el que el déficit supera el 120 % del PIB, se incumplió el techo de deuda en enero y tenemos el tiempo contado para resolver esto a principios de agosto.

Las normas de reconciliación exigen que la aprobación se lleve a cabo a más tardar el 30 de septiembre en el peor de los casos o como límite de tiempo máximo.

Los titulares y los mercados de renta fija han mostrado preocupación con respecto al impacto que sufrirá el déficit en los próximos diez años cuando sea de $2.3 billones adicionales, aunque eso deja fuera lo que los ingresos por aranceles podrían generar a manera de compensación. Con los niveles de aranceles actuales, el cálculo equivale a aproximadamente $2.1 billones, lo que significa que, en su forma actual, la propuesta de ley tributaria ya se había compensado casi por completo. Con el reciente fallo judicial sobre los aranceles, definitivamente todos estos cálculos se ponen en tela de juicio, lo que hace que el proceso de aprobación legislativa de los impuestos sea aún más complejo.

Y considerando que el rendimiento de los bonos del Tesoro a 30 años ronda su nivel máximo en 18 años, el mercado de bonos indica que no está dejando un margen muy grande para un déficit incluso más amplio.

Todo esto es para decir que mientras a principios del año creíamos que el 9 de julio había sido una fecha fundamental para los mercados, ya que posiblemente es un punto de inflexión con un resultado binario en cuanto a la política comercial, la fecha real se está volviendo un poco menos relevante al considerar todas las demás piezas móviles y un mercado que ha logrado recuperarse del colapso.

Basta con decir que “definitivamente tal vez” será un verano ocupado para los inversionistas, en el que realmente no habrá un esclarecimiento en cuanto a la confusión referente a la incertidumbre de la política fiscal.