Coautor: Buchanan Ingersoll & Rooney[1]

A solo unas semanas antes de la toma de posesión del presidente electo Joe Biden, los líderes de la industria de la atención médica prestan atención a los cambios potenciales que podrían tener un impacto sobre sus organizaciones.

Biden ya ha hablado extensamente sobre su plan para reformar la industria. Como partidario bien conocido de la Ley de Atención Médica Asequible (ACA), ha hablado sobre aumentar el acceso a la atención médica para un mayor número de estadounidenses, reducir al mínimo la complejidad del sistema de atención médica y disminuir los costos generales.

Sin embargo, la forma exacta en que Biden puede esperar lograr lo anterior probablemente dependerá del partido que tome el control del Senado. Dado que está previsto que la votación correspondiente a los escaños restantes del Senado de Georgia ocurra el 5 de enero de 2021, está por ver con exactitud qué cambios de política podrá abordar Biden. Sin embargo, es probable que dirija su energía hacia la industria de la atención médica a fin de lograr cierto avance con respecto al cumplimiento de sus promesas de campaña.

El 9 de diciembre, Buchanan Ingersoll & Rooney y Soluciones de atención médica de PNC presentaron un seminario web de manera conjunta en el que participaron Jeb Bush, exgobernador de Florida, Brian Kelly, vicepresidente ejecutivo y jefe de Soluciones de atención médica de PNC y Pamela Hepp, accionista de Buchanan Healthcare. El grupo discutió sus perspectivas sobre los asuntos a los que Biden dirigirá su atención y los cambios que podrían avecinarse para la industria de la atención médica, estructurando la discusión en torno a las acciones esperadas con respecto a las áreas clave de acceso, opciones y costos.

A continuación se presentan las seis conclusiones principales de su conversación:

1. La expansión incierta de la telemedicina

La pandemia de COVID-19 a mplió la autorización de los servicios de telemedicina rápida y enormemente para una gran gama de proveedores de atención médica en todos los Estados Unidos. En muchos sentidos, dicha autorización debería haber tenido lugar mucho antes, ya que la telemedicina puede ayudar a aumentar el acceso a la atención médica en las zonas rurales, así como disminuir los costos totales. Cuando se convierta en presidente, Biden probablemente seguirá facilitando el uso de la telemedicina. No obstante, las leyes estatales de emisión de licencias que impiden a los proveedores ofrecer atención a pacientes traspasando las fronteras estatales han dificultado el crecimiento de la telemedicina. Incluso al contar con el apoyo de Biden para ampliar la telemedicina, dichas jurisdicciones estatales probablemente seguirán presentando un obstáculo. Pese a los numerosos beneficios que ofrece a los proveedores y pacientes, aún no se ha determinado el papel futuro que la telemedicina tendrá en el mercado.

2. El Futuro de la ACA y una nueva opción de seguro médico público

En repetidas ocasiones, Biden ha expresado su apoyo a la Ley de Atención Médica Asequible (ACA) desde que esta fue aprobada bajo su jurisdicción como vicepresidente en 2010. Como presidente, ha jurado proteger la ACA e incluso ampliarla mediante la creación de una opción de seguro médico público con la esperanza de aumentar el acceso a la atención médica. Sin embargo, sigue habiendo preguntas referentes al posible impacto del plan de Biden.

“Cuando un sistema de atención médica se entera de los controles de costos exigidos por el gobierno o de un cambio en el que se pasa del seguro comercial a una situación en la que no se tiene seguro o se tiene Medicaid o Medicare, eso se traduce en un sistema de salud que considera que eso genera menores ingresos”, dijo Kelly durante la discusión. “Dichos ingresos tienen la finalidad de apoyar la inversión correspondiente a servicios, acceso, innovación y, en ultima instancia, opciones. A medida que los sistemas de atención médica de todo el país siguen considerando las fusiones y adquisiciones como una manera de resolver dichos problemas, esto podría generar un menor número de opciones y una menor competencia”.

Llegar a un acuerdo con respecto a cómo financiar dicha opción también sigue suponiendo un desafío muy importante para la administración de Biden. Dado que el apoyo público con respecto a dicha propuesta no es claro y que posiblemente el Senado llegue a ser controlado por los republicanos, seguiría siendo difícil para Biden aplicar una ampliación significativa de la ACA de esta manera.

3. Un enfoque continuo en la fijación de precios de los medicamentos y en la transparencia de la facturación

El presidente Donald Trump prometió hace mucho que se enfrentaría a las compañías farmacéuticas y reduciría los precios de los medicamentos. En noviembre, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. concluyó su propuesta para reducir los precios de las medicinas al dirigir su enfoque en los descuentos clandestinos y en estimular los descuentos directos a los pacientes. Sin embargo, la administración de Trump no pudo implementar dicho plan. Probablemente Biden continuará donde Trump se quedó e impondrá mandatos similares que busquen disminuir los precios de los medicamentos para todos los estadounidenses. Sin embargo, las fuertes críticas dirigidas a las compañías farmacéuticas se han reducido en cierta medida en las últimas fechas debido al avance logrado con respecto a la obtención de una vacuna contra la COVID-19.

“La industria farmacéutica no es la favorita en Washington, pero eso podría cambiar gracias a la vacuna”, dijo Bush. “Pfizer solía recibir críticas muy duras, pero creo que muchas personas están muy felices de que Pfizer exista hoy en día. Es posible que haya un cambio gracias a la vacuna”.

Trump abordó la transparencia de la facturación médica durante su periodo en la Casa Blanca al firmar un decreto ejecutivo encaminado a proporcionar mayor transparencia con respecto a los precios y aumentar la competencia entre todos los hospitales, planes de salud grupales y emisores de seguros médicos en los mercados individuales y grupales. De manera similar, Biden ha solicitado una reducción en la “facturación sorpresa”. Específicamente, Biden espera impedir que los proveedores de atención médica cobren a los pacientes tarifas no pertenecientes a la red cuando el paciente no tenga control sobre qué proveedor lo atenderá, como en ocasiones sucede en los entornos de los hospitales.

“En cuanto a la transparencia de los precios, hay una aceptación más generalizada de que [este tipo de acción] es adecuada”, dijo Bush. “Los consumidores deben saber cuáles son los precios”.

4. Un mayor enfoque regulatorio en las transacciones de fusiones y adquisiciones

No es un secreto que las organizaciones de atención médica han estado involucradas en un gran volumen de fusiones y adquisiciones durante los últimos años. Dichos acuerdos han sido impulsados en gran medida por los proveedores que buscan lograr eficiencia en los costos y eficiencias operativas en medio de un panorama cambiante generado principalmente por las iniciativas de reforma nacionales y estatales en materia de atención médica.

El presidente Trump prestó poca atención a los asuntos antimonopólicos referentes a las organizaciones de atención médica que se fusionan. Este es uno de los aspectos que podría cambiar bajo la administración de Biden. Dependiendo de quién designe Biden como fiscal general, las fusiones y adquisiciones en el área de atención médica podrían ser un asunto que llegue a convertirse en objeto de una intensa atención en 2021 y en el futuro a medida que las autoridades reguladoras intentan mantener la igualdad de condiciones.

“Creo que estamos llegando al punto en que, si se tiene un fiscal general agresivo que analice los asuntos antimonopólicos de forma global, este podría ser el lugar propicio para la acción”, dijo Bush.

5. Controlar la pandemia

La pandemia de COVID-19 ha generado una enorme tensión financiera y operativa en los hospitales y grupos de atención médica de todo el país. Biden ha indicado que tiene planes de hacer que el control de la pandemia sea una de las principales prioridades una vez que tome posesión.

“Se puede observar que ya se ha dado un cambio de actitud”, dijo Bush. “El presidente electo considera que esta es la prioridad número uno, y yo también lo creo”.

Sus planes iniciales incluyen pedir a todos los estadounidenses que usen mascarillas durante 100 días, así como facilitar la distribución eficiente de la vacuna. Si bien las facultades reales del presidente son limitadas en cuanto a dirigir el comportamiento de los estadounidenses, existe una oportunidad para motivar al público a acatar las advertencias de los funcionarios de salud y promover acciones más seguras. Contener los índices de infección mientras las vacunas se siguen distribuyendo reducirá la tensión ejercida sobre los hospitales y permitirá que la industria en su totalidad vuelva a la normalidad.

Bush también mencionó que Biden deberá reconocer y basarse en el éxito que la Operación Warp Speed tuvo en cuanto al rápido desarrollo de una vacuna contra la COVID-19. Bush atribuyó a Trump el éxito de dicho esfuerzo e instó a Biden para que haga todo lo que esté a su alcance para generar confianza en torno a la vacuna y convencer a los estadounidenses que se la apliquen para que el país pueda superar la pandemia.

6. Más innovación revolucionaria

Entre los avances realizados en cuestiones de robótica, inteligencia artificial, telemedicina, macrodatos y tecnología de registros médicos, la industria de la atención médica ha estado innovando a una velocidad vertiginosa en los últimos años. Dichos desarrollos nos están conduciendo a resultados extraordinarios en cuestiones de salud pública, atención domiciliaria, diagnósticos y atención preventiva en todo el país. Con suerte, el presidente Biden reconocerá estos avances y hará todo lo que esté a su alcance para continuar con esta innovación. Es fundamental que la administración entrante no se interponga en estos avances mediante la implementación de un cambio de política radical que entorpezca la capacidad de la industria para introducir nuevas eficiencias tecnológicas y operativas diseñadas para generar resultados de salud superiores para los pacientes.  

“Si permitimos que nuestros proveedores de atención médica continúen innovando en lugar de intentar favorecer a ciertos proveedores por encima de otros con un sistema altamente regulado desde D. C., creo que podemos prevenir enfermedades”, dijo Bush. “En mi opinión, ese es el aspecto definitivo en el que debemos enfocarnos”.

Un cambio de guardia

El día de investidura presidencial se acerca, y todavía no se conoce cómo actuará Biden específicamente con respecto a la reforma de la atención médica. Biden ya designó a Xavier Becerra, fiscal general de California, como secretario de salud y servicios humanos (HHS), aunque todavía no ha seleccionado a los dirigentes de otros organismos regulatorios importantes, como la FDA, CDC y CMS. Hasta que lleguen los resultados de la elección de Georgia y se determine el control del Senado, no queda claro exactamente qué es lo que Biden puede esperar lograr. Hasta ese momento, los abogados y profesionales de relaciones gubernamentales de Buchanan Healthcare se darán a la tarea de monitorear la forma en que los cambios que se den en Washington, D. C. afectarán la industria de la atención médica.

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