De niña, Saima Shafiq, gerente de servicios de software de PNC, veía como su madre hacía malabares con la responsabilidad de criar a ocho hijos y al mismo tiempo ayudar desinteresadamente a los vecinos que lo necesitaban. Esto le inculcó la importancia de trabajar arduamente y tener compasión por los demás.

“Me crie en Pakistán, y mi madre ayudaba a muchas personas. A algunas las conocía y a muchas otras no”, dijo Saima. “Nunca dejó que nada se interpusiera en su devoción por los demás. Es por eso que siempre me he centrado en servir a mi comunidad. Creo que no debes hacer algo si tus vecinos tienen hambre. Ese es un sólido elemento de mi fe musulmana”.

Esa fue la actitud que hizo que Working Mother, un medio de comunicación dedicado a orientar y defender a las mujeres, reconociera a Saima como representante de PNC para el premio Madre trabajadora del año. Working Mother además reconoció a PNC entre sus 100 mejores compañías para madres trabajadoras en 2020, lo que marca la décima octava ocasión en que PNC ha recibido este honor por ofrecer programas progresistas que apoyan el avance de las mujeres en la fuerza laboral.

Saima trabaja en PNC desde hace 13 años. Tiene la responsabilidad de dirigir el centro empresarial de excelencia para las tecnologías de inteligencia artificial (AI) de PNC, al proporcionar a los clientes y empleados mejores experiencias y servicios personalizado a través de la automatización. Al haber dedicado toda su carrera al área de la tecnología, Saima ha presenciado de primera mano la forma en que las tecnologías emergentes han cambiado la manera en que vivimos. Lo que la impulsa a salir adelante es el increíble alcance de la AI y la oportunidad de desempeñar un papel para ejercer un impacto positivo en la vida de los demás. Sus compañeros de trabajo la describen como una persona que resuelve problemas complejos y una lideresa innovadora a quien le interesa mucho generar un impacto duradero en su trabajo y en sus tres hijos: Hadi, de 15 años, Haziq, de 11 años y Hiba, de 4 años.

Al igual que sus compañeros de trabajo, sus hijos reconocen el compromiso de Saima con los demás, y forman una parte esencial de su trabajo comunitario en MCC School, una escuela islámica ubicada en Bloomington, Minnesota. Durante los últimos 10 años, Saima ha servido a la organización sin fines de lucro, centrándose en la formación de líderes responsables y empáticos del mañana, en diversos cargos. Actualmente, se desempeña como directora de educación y coordinadora académica a cargo de planificar el currículo de estudios anual de la escuela.

En respuesta a la pandemia de COVID-19, Saima aprovechó su experiencia en el área de la tecnología para establecer un sistema de aprendizaje virtual. Logró poner la totalidad de la experiencia presencial de la escuela en línea en una semana, lo que permitió que la organización continuara con su misión sin tener que hacer prácticamente ninguna pausa. También impulsó una colecta comunitaria para la Al-Mahmood Foundation, donde se recolectaron 6,000 mascarillas hechas a mano para el personal de servicios de emergencia, trabajadores de atención médica y adultos mayores. Saima coordinó el esfuerzo a distancia, al usar las herramientas en línea que ella misma desarrolló para administrar la logística para las casi 75 familias que se ofrecieron como voluntarias.

“Siento la obligación de utilizar mis fortalezas para servir a mi comunidad, y mis hijos y mi esposo me apoyan en esto. Se ofrecen como voluntarios cada vez que pueden”, dijo Saima. “Criar a mis hijos para que sean seres humanos empáticos y compasivos que sirvan y contribuyan al bien común es una de las experiencias más gratificantes”.

Saima también se siente orgullosa de formar parte de una cultura laboral en PNC que apoya y reconoce sus esfuerzos y los de otras madres trabajadoras. Gracias a los programas de liderazgo, las oportunidades de tutoría y las políticas flexibles, empoderar y apoyar a las mujeres es un componente integral de la forma en que PNC opera. En PNC, Saima participa en el Programa de desarrollo del liderazgo femenino y se ha desempeñado como tutora de tecnología con alumnos de bachillerato en zonas de bajos ingresos. Estas oportunidades apoyan lo que Saima describe como su gran vocación por ayudar a los demás a descubrir su verdadero potencial.

“He logrado muchas cosas muy buenas en mi vida, pero este premio me tomó por sorpresa”, dijo Saima. “Lo que hace que este premio sea diferente es el hecho que incluye diversos aspectos de mi vida. Refleja mi trabajo en PNC, así como el hecho de ser madre y la labor que llevo a cabo en mi comunidad. Se me pone la piel de gallina cuando pienso en ello. Hago todas estas cosas solo por vocación. Recibir este reconocimiento me ha dado la fe de que estoy haciendo lo correcto para servir a la humanidad”.