Marzo es el mes de la historia de la mujer, un momento para festejar las contribuciones que las mujeres han hecho a la historia, la cultura y la sociedad. Dado que la pandemia afecta a las mujeres de manera desproporcionada, es posible que este reconocimiento, así como el apoyo y la mentoría proporcionados a las mujeres en el lugar de trabajo, sean más importantes que nunca.

“Para brindar mentoría de forma eficaz, es crucial comprender las habilidades, antecedentes y situaciones de las personas”, dijo Stephanie Novosel, jefa de banca comercial. “Mi papel en la compañía ha hecho que sea posible para mí comprender las circunstancias individuales y ofrecer mi apoyo y asesoría a los demás. Estoy agradecida de poder hacer eso”.

Desde hace mucho Stephanie ha comprendido el valor de la mentoría y ha ofrecido mentoría a muchas mujeres en diferentes etapas de sus carreras. “He hablado con mujeres que buscan tomar decisiones referentes a su trayectoria profesional, evaluar diferentes puestos y aprovechar los recursos de orientación. He brindado mentoría a lideresas empresariales en áreas específicas en las que querían seguir desarrollándose y he formado grupos de directoras ejecutivas que quieren establecer redes más sólidas.

Fuera de PNC, Stephanie forma parte de la junta consultiva del Centro para los Emprendimientos de las Mujeres (Center for Women’s Entrepreneurship) de Chatham University, donde ha financiado personalmente empresas propiedad de mujeres a través del programa IncubateHER del Centro,[1] el cual es una programa empresarial gratuito de un año de duración para las empresarias en su etapa inicial. Además de la contribución financiera, conectó el programa IncubateHer con The Acceleration Project (TAP),[2] una organización de consultoría sin fines de lucro con sede en Nueva York que trabaja para acelerar el éxito de las empresarias. TAP desarrolló un programa educativo patrocinado por PNC para las compañías que participan en IncubateHER.

A través de talleres y actividades, esta asociación ayudó a proporcionar recursos personalizados que distribuyeron herramientas e ideas con respecto al aumento de la producción, lo cual sigue siendo una de las principales preocupaciones de las propietarias de empresas.

Hacerse un nombre en la industria bancaria

Stephanie, quien fue designada para figurar en la lista de las mujeres más poderosas a vigilar (The Most Powerful Women to Watch) de 2020 de American Banker, es una de cuatro mujeres de PNC que fueron reconocidas por American Banker en 2020. Otras mujeres incluyen la jefa de banca comercial Karen Larrimer,[3] quien fue reconocida entre las mujeres más poderosas en la banca (The Most Powerful Women in Banking); la presidenta y directora ejecutiva de PNC Capital Markets Charlotte McLaughlin[4], quien fue reconocida entre las mujeres más poderosas en las finanzas (The Most Powerful Women in Finance); y la directora de seguridad Debbie Guild,[5] quien fue reconocida entre las Mujeres más poderosas a vigilar (The Most Powerful Women to Watch).

Stephanie, que cuenta con un título en negocios internacionales, inició su carrera en auditoría, gestión tributaria y consultoría. Antes de incorporarse a PNC en el año 2000, se desempeñó como vicepresidenta sénior de estrategia de mercado y planificación para una subsidiaria de hipotecas de otra importante organización de servicios financieros. Actualmente, como jefa de banca comercial en PNC, Stephanie está a cargo de dirigir las actividades en cuatro segmentos de clientes y productos para el área de banca corporativa e institucional.

Centrarse en el futuro

Stephanie ha sido testigo de importantes avances para las mujeres, tanto en su industria como en otras industrias. “Un mayor número de compañías comprenden el valor del liderazgo y la experiencia técnica de las mujeres”, dijo Stephanie. “Hay una menor expectativa con respecto a que, como profesionales, debemos neutralizar las cualidades que históricamente se asociaban con el género, y hay una mayor comprensión con respecto a dichas cualidades como fortalezas y no como debilidades”.

Dicho esto, el impacto negativo que la pandemia ha tenido en las mujeres es enorme. De acuerdo con un estudio reciente realizado por McKinsey denominado “Women in the Workplace 2020" (Las mujeres en el lugar de trabajo 2020), [6] las compañías corren el riesgo de perder mujeres en puestos directivos, así como a futuras lideresas. Esto interrumpe los años del avance que se ha logrado en materia de equidad de género.

Ante dicha realidad, Stephanie espera dos cosas para el futuro.

“Lo primero que espero es que las compañías reconozcan la situación actual y colaboren para apoyar genuinamente la igualdad de oportunidades para las mujeres, con el fin de que estas puedan lograr su potencial profesional. Dicho apoyo incluye brindar la flexibilidad necesaria y considerar estándares de rendimiento y liderazgo que reconozcan la variedad de contribuciones que nos permiten lograr el éxito. También debemos asegurarnos de seguir colaborando para reducir al mínimo los prejuicios en los empleados, clientes y comunidades”.

Lo segundo que espero es que se haga más para cerrar la brecha salarial de equidad de género.

El Informe de Brecha de Género Global 2020 del Foro Económico Mundial,[7] indica que tardaremos 257 años en cerrar la brecha salarial entre hombres y mujeres a nivel mundial. “Cuando empecé a trabajar, las mujeres de los Estados Unidos ganaban $0.70 por dólar en comparación con los hombres. Actualmente, dicha cifra es de $0.82 por dólar. Las cosas han mejorado, pero todavía falta mucho por hacer”, dijo Stephanie.

A medida que la vida avanza en esta nueva normalidad, Stephanie cree que el sentido del deber y del compromiso con los demás es lo que prevalecerá. “El compromiso que PNC tiene con las mujeres forma parte de nuestros valores y he visto que para nuestra gente es un compromiso muy arraigado y personal. Me inspira ver que la organización y nuestra gente dan un paso al frente para seguir avanzando en esta importante labor”.