Con los titulares de principios de este año que anunciaban que los costos de las materias primas como el acero y la madera habían aumentado más del 350%, o que los precios de las viviendas habían alcanzado un máximo histórico, en el 2021 fue difícil que los inversionistas evitaran el tema de la inflación.[1]

El hecho es que durante gran parte del año, la inflación ha sido una preocupación muy real. Por ejemplo, el Departamento de Trabajo menciona que el índice de precios al consumidor tuvo un aumento del 5.4 % en mayo de este año en comparación con el mismo periodo en el 2020. 

Si bien un 5.4 % no parece un porcentaje significativo, vale la pena mencionar que es casi el doble de la tasa de inflación anual a largo plazo del 3 %. Debido a los varios factores que actualmente están generando dicho aumento, es muy posible que los inversionistas perciban el impacto de la inflación en el futuro inmediato.

En sí, es importante que los inversionistas comprendan cómo podrían verse afectados por la inflación y cuáles son las medidas que pueden implementar para ayudar a proteger su bienestar financiero.

Con más detalle: ¿Qué es la inflación?

En el sentido más simple, la inflación es la forma en la que los economistas dicen “los precios están aumentando”. Aunque la definición es un tanto más matizada, la inflación es una función normal de los mercados.

La tasa de inflación a largo plazo de los Estados Unidos ha sido relativamente baja durante el último siglo. Del 1928 al 2020, los precios han tenido un incremento anual aproximado del 3.01 %. Sin embargo, varios productos se ven afectados de una forma bastante diferente.

Simplemente piensa en los últimos 20 años. En el año 2000, el costo promedio de una docena de huevos era de aproximadamente $0.98. En el 2021, dicho costo es de $1.47, es decir, tuvo un incremento del 50 %. Hace 20 años, el costo promedio de un galón de gasolina era de aproximadamente $1.30. Actualmente, tiene un costo de alrededor de $2.33, es decir, tuvo un incremento del 79 % en tan solo dos décadas.[2]

Obviamente, hay varios factores que influyen en estos aumentos de los costos, como los costos crecientes de mano de obra, los costos de producción, las regulaciones y la innovación, entre otros, pero el punto es que la inflación es normal y debe esperarse que ocurra. Lo que es más importante, generalmente ocurre a un ritmo al que los consumidores se pueden adaptar, con frecuencia al punto en que por lo general no se nota.

Sin embargo, la inflación fue un factor significativo de la economía en el 2021. Aunque no todos los inversionistas tuvieron la misma opinión, el hecho es que la inflación aumentó con más rapidez en el 2021 que en cualquier otro punto de los últimos 30 años. Cuando los precios aumentan, los inversionistas tienen menos dinero que destinar a sus carteras, lo que a su vez puede afectar su capacidad para lograr sus metas financieras.

¿Qué fue lo que contribuyó al aumento de precios en el 2021?

Hubo varios factores que contribuyeron al aumento marcado de la inflación en el 2021. Primero y principal fue una sensación de demanda acumulada del consumidor después de casi un año y medio de cierres provocados por la pandemia. Esto fue impulsado por la mayor liquidez del consumidor, la cual fue generada por los pagos en efectivo del gobierno y los mejores beneficios por desempleo. Esto coincidió con un embotellamiento en la oferta a medida que las economías mundiales experimentaban dificultades para recuperar su ritmo después de los cierres del 2020 y de la escasez resultante en la cadena de suministros. En pocas palabras, había una mayor cantidad de dinero en la economía para adquirir una menor oferta de productos.

Por si eso fuera poco, un cambio en la conducta del consumidor generado por la pandemia, el cual afectó en gran medida los sectores de viajes y restaurantes, dejó una escasa oferta de ciertos productos, como los automóviles usados y los electrodomésticos grandes, pues un mayor número de estadounidenses preferían quedarse en casa, conducir más y salir a comer con menos frecuencia. Tal como la economía simple lo ha demostrado, los precios suelen subir cuando la demanda aumenta y la oferta disminuye.

¿Cómo afecta la inflación a los inversionistas?

A corto plazo, la inflación puede generar volatilidad en los mercados. Cuando los costos de los productos y servicios aumentan inesperadamente, se pone en duda la rentabilidad de las compañías que negocian en el mercado, lo que conduce a la especulación con respecto al valor de sus flujos de ganancias futuras. Esto puede dar lugar a rápidas oscilaciones del mercado, lo que puede tener un impacto negativo en las carteras. Además de eso, si los precios de las viviendas tienen un aumento del 20 % y los precios de la gasolina se elevan a $5 por galón, probablemente esto supondrá una verdadera presión en tu presupuesto, lo que puede afectar tu capacidad para ahorrar e invertir en tus metas financieras.

A largo plazo, el aumento de la inflación implica un incremento general en el costo de los productos y en el costo de vida, lo que da lugar a una disminución en tu poder de compra, es decir, en la actualidad no podrás comprar con un dólar lo mismo que antes comprabas con ese mismo dólar. 

Desde un punto de vista práctico, esto significa que si tu cartera no genera retornos que superen la tasa de inflación, experimentarás una disminución general en el poder adquisitivo.

Esto puede ser particularmente complicado para quienes viven de sus activos durante la jubilación. Imagina una cartera dirigida a la conservación de capital que solo genera un retorno anual del 1 %. Si la inflación se eleva a un 4 %, dicha cartera ha generado una tasa de retorno real negativa, lo que con el tiempo puede deteriorar el poder de compra de una familia.

Medidas que puedes implementar para ayudar a brindar protección contra la inflación

Aunque la inflación puede presentar dificultades para los inversionistas, hay acciones que puedes implementar para ayudar a disminuir el impacto general que esta tiene en tu cartera y en tus metas financieras. Las acciones que puedes implementar incluyen:

1. Practica la diversificación. La mejor protección contra la inflación es ser proactivo. Los inversionistas deben considerar que la inflación es un riesgo que siempre está presente, de manera similar a las caídas y recesiones del mercado, por lo que deben diversificar sus carteras de acuerdo a esto. Una mezcla de inversiones que incluya una combinación de varias clases de activos puede ayudar a generar los retornos necesarios para superar el ritmo de la inflación, al mismo tiempo que reduce tu sobreexposición general al riesgo del mercado.

2. Revisa detenidamente tu plazo previsto y tu tolerancia al riesgo. Los inversionistas que tienen plazos previstos más largos y asignaciones de activos que se enfocan más en el crecimiento, se enfrentan a un menor riesgo de inflación que los inversionistas que tienen plazos previstos más cortos y carteras más conservadoras. Si te encuentras en este último grupo, quizás debas reevaluar tu tolerancia al riesgo. Es posible que descubras que el riesgo de inflación supera el riesgo adicional que podrías sufrir al dar una mayor exposición al crecimiento a tus valores en cartera.

3. Considera complementar tu cartera con inversiones protegidas contra la inflación. A corto plazo, es difícil predecir con certeza cuándo se presentará la inflación. En lugar de reinventar tu asignación de activos basándote en esta posibilidad, quizás tendría más sentido realizar pequeños cambios en torno a los márgenes. Considera añadir activos de crecimiento a tu cartera, por ejemplo, acciones en empresas que tengan costos fijos o en empresas que puedan transferir fácilmente los incrementos de los costos. Otro aspecto a tener en cuenta puede ser la inclusión de inversiones que tengan exposición a las inversiones alternativas, como los bienes raíces, por ejemplo. Dada la investigación y el escrutinio que esto puede llegar a requerir, quizás debas considerar hablar con un asesor financiero.

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La inflación es un riesgo que siempre está presente, y es importante que los inversionistas planifiquen en consecuencia, especialmente al invertir en una meta a largo plazo como la jubilación. Tal como podrías planificar para las oscilaciones del mercado, las cuales son inevitables, es igual de importante implementar planes para ayudar a disminuir el impacto general de la inflación.