Los deepfakes son imágenes, grabaciones de audio y videos alterados que han sido montados para hacer parecer que una persona dice o hace algo que en realidad jamás dijo o hizo.

Aunque las imágenes falsas o “retocadas” tienen un largo historial, la tecnología de hoy en día ayuda a los autores del fraude a crear videos y audios tipo deepfake que pueden ser difíciles de detectar.  Y debido a que las redes sociales nos permiten llegar a públicos enormes, a menudo los medios han sido engañados y han presentado los deepfakes como noticias de último minuto.

“Los deepfakes suponen una amenaza singular debido a que utilizan a personas que conocemos y en quienes confiamos para engañar y generar caos”, dijo Debbie Guild, directora de seguridad de PNC. “Es importante que las personas evalúen de forma crítica lo que ven y lo que escuchan y que estén alertas de las cosas que no parecen encajar”.

Cómo funciona

La palabra “deepfake” es una combinación de la frase “deep learning” (aprendizaje profundo) y una referencia anticuada al hecho de que algo es “falso” (fake).

Los estafadores empiezan por sacar ventaja de las fotografías y videos de la persona objetivo que están disponibles en Internet o en las redes sociales. El estafador manipula dicho contenido para convertirlo en una nueva imagen o grabación de voz en la que la persona en cuestión dice o hace algo que jamás hizo o que no encaja con su personalidad.   

El proceso en sí es técnico: los deepfakes se generan al utilizar inteligencia artificial y algoritmos de aprendizaje automático para imitar a los humanos reales, aunque se pueden crear mediante software que se consigue fácilmente.

“El peligro estriba en el hecho de que la barrera de entrada para crear un deepfake es mínima”, dijo Guild. “Pudiera parecer que se necesita una extensa capacitación para crear uno, pero la tecnología de edición ha permitido que las personas que tienen conocimientos básicos de computación en ocasiones sean capaces de generarlos”.

Quién se ve perjudicado

Las personas que son víctimas con mayor frecuencia son los políticos, las celebridades y los ejecutivos empresariales de alto nivel, lo que se debe en parte a la disponibilidad de imágenes, videos o grabaciones de audio que ya existen de ellos en Internet. La meta del autor del fraude puede ser simplemente hacer una broma o generar participación en las redes sociales, pero también puede tener objetivos más siniestros, como diseminar información errónea, arruinar la reputación o provocar daños financieros.

Los deepfakes bien conocidos se han dirigido a personas de alto perfil por varios motivos, algunos perversos y otros bien intencionados. Los deepfakes recientes han imitado al Presidente Donald Trump, al Presidente Barack Obama, al director ejecutivo de Facebook Mark Zuckerberg, e incluso ha habido deepfakes educativos de un museo de arte de la Florida referentes a Salvador Dalí, quien murió en 1989.

Sin embargo, no se debe suponer que el impacto de los deepfakes se limita a quienes están afectados más directamente. Se han utilizado deepfakes para engañar a trabajadores para que lleven a cabo acciones inapropiadas al imitar mensajes legítimos de un director ejecutivo, lo que generó costos considerables y la pérdida de empleos. Como mínimo, es posible que los consumidores o los votantes reciban información errónea sobre un tema o persona importante debido a los deepfakes.

Cómo detectarlos

En general, las imágenes, los audios y los videos tipo deepfake pueden ser muy difíciles de identificar, pero hay cosas sobre las cuales puedes estar alerta:

  • Sonido y video con mala sincronización
  • Borrosidad donde el rostro se encuentra con el cuello y el cabello
  • Formas cuadradas u otros efectos recortados alrededor de la boca, los ojos y el cuello
  • Cambios en el fondo o la iluminación
  • Decoloración en el rostro
  • Parpadeo irregular o falta de parpadeo
  • Secciones de menor calidad en el mismo video
  • Movimientos que no son naturales

Acciones que puedes realizar

  • Ten cuidado con los videos y las fotografías que compartas a través de las redes sociales.
  • Cuestiona lo que veas y lo que escuches, especialmente si el mensaje es sumamente inusual para la persona en cuestión.
  • Confirma la autenticidad del mensaje, especialmente antes de realizar alguna acción.
  • No te desvíes de los controles de rutina. Si recibes una llamada telefónica de uno de tus superiores quien hace una solicitud sumamente inusual, sigue el protocolo de la compañía para volver a verificar la orden antes de llevarla a cabo.

“Dada la creciente popularidad de las redes sociales y el grado de contenido que hay disponible en línea, los deepfakes son algo con lo que tendremos que lidiar en el futuro próximo”, dijo Guild. “Al analizar de manera crítica los medios digitales que utilizamos y compartimos, podemos hacer nuestra parte para limitar los efectos perjudiciales de estos”.