Beyonce una vez preguntó: “¿Quién dirige el mundo? Las chicas”. Hola, me llamo Lilah y soy la típica niña de 5.º grado a quien le gusta la pizza y las manualidades. ¡También me encanta la ciencia! Desde que recuerdo, siempre me he imaginado a mí misma como doctora. Mi amor por la ciencia empezó cuando mi mamá y yo intentábamos atrapar luciérnagas en frascos en las cálidas noches de verano. Quería saber por qué se iluminaban y por qué amanecían muertas por la mañana. Desde entonces, mi curiosidad por la vida y los animales ha seguido aumentando. Hasta este punto, he participado en varios eventos de ciencias y, aunque son muy divertidos, soy una de las pocas niñas en esos eventos, mientras el resto de los participantes son niños. Siempre me he preguntado por qué no había tantas niñas como niños en esos eventos. Desde entonces, me he propuesto motivar a más niñas para que se involucren en la ciencia.

Sabía que quería ser doctora desde que tenía cinco años. La razón por la que quiero ser doctora se debe a mi pasión por ayudar a los demás. Quiero poder ayudar a curar los niños y ayudarles cuando tengan miedo. Al crecer, todos los doctores eran amables conmigo y me encantaría ser una doctora cariñosa para los demás niños que tienen miedo de los doctores. Otra razón por la cual me gustaría ser doctora es porque no hay muchos doctores que sean personas de color como yo. Todos los doctores que he tenido han sido amables, pero no son personas que se parezcan a mí. Quiero inspirar a otros niños de color, especialmente a las niñas, para que sepan que es posible tener éxito en un campo dominado por los hombres. Quiero poder relacionarme con mis pacientes y comunicarme con ellos en su lengua materna, el español, pues yo soy bilingüe. También quiero que todos mis pacientes se sientan bienvenidos, atendidos y escuchados por mí. Quiero motivar a otros niños quienes quizás piensen que las probabilidades están en su contra con respecto al logro de sus metas.

Durante la pandemia, me uní a un programa de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM, por sus siglas en ingles) diseñado específicamente para motivar a las niñas para que sigan su pasión por la ciencia. Esto ha ayudado a fomentar mi entusiasmo por la ciencia, porque tuve la posibilidad de tener tiempo individual con mi mentor e investigar diferentes temas sobre los que tenía curiosidad. Tuve la posibilidad de realizar experimentos de ciencia, como construir un cohete de botella, lo que despertó mi curiosidad por otros temas, como averiguar lo que implica el lanzamiento de un cohete al espacio. Tuve la posibilidad de incrementar mi comprensión sobre los logros de las mujeres y cómo nosotras hemos tomado por sorpresa el mundo de la ciencia. Uno de mis temas favoritos sobre el cual investigamos fue el sistema inmunológico. Formar parte del programa STEM me ha permitido tener más confianza con respecto a poder investigar diferentes temas. También me ha motivado a seguir aprendiendo y convertirme en una mujer exitosa en el campo de la ciencia.

El consejo que le doy a las demás niñas pequeñas como yo es que nunca se rindan, incluso cuando parezca que el mundo está en tu contra. ¡Puedes lograr todo lo que te propongas! Aprovecha todas las oportunidades que se te presenten, incluso si sientes miedo. Si te apasiona la ciencia y tienes miedo porque crees que es un campo principalmente para los hombres, empieza a investigar sobre cómo las mujeres han cambiado el campo de la ciencia, y te garantizo que sabrás lo poderosas que somos. No tengas miedo de hacer preguntas y siempre debes mostrar curiosidad por el mundo a tu alrededor. Creo que lo que me ayudó a tener confianza es tener un sólido modelo a seguir como mi mamá. Ella nunca se rinde y me gustaría decir que de ella aprendí a siempre dar todo de mí y derribar cualquier barrera que se interponga en el camino hacia mis metas. Cuando te lo propones, nada es imposible, ya que el cielo es el límite.