Al igual que muchos fundadores exitosos, Stephanie Cartin y Courtney Spritzer lanzaron sus empresas: una agencia digital social de personas de influencia primero: Socialfly[1] y el podcast Entreprenista y La Liga Entreprenista, una comunidad de membresía y redes de contacto, fruto de una combinación de pasión personal y necesidad del mercado.

Ambas quedaron fascinadas por las redes sociales cuando se lanzó Facebook. “Recuerdo que pensé: esto va a cambiar todo lo que estoy aprendiendo”, dice Cartin, que entonces era estudiante de administración de empresas y hostelería. “De inmediato me obsesioné con la idea de las redes sociales”.

Por su parte, Spritzer, que había empezado a trabajar en servicios financieros tras graduarse y obtener una licenciatura en economía y administración de empresas, observó las iniciativas de su nuevo empleador para aumentar su presencia social. “Fue entonces cuando supe que realmente quería entrar en ese espacio”, dice.

Al darse cuenta de que las empresas necesitaban estrategias de redes sociales para mantenerse conectadas con sus clientes y llegar a otros nuevos, Cartin y Spritzer empezaron a trabajar de forma paralela para ayudar a las empresas a hacer exactamente eso. Y después de 10 meses de dirigir el negocio paralelo que ahora es Socialfly, dejaron sus trabajos para dedicarle todo su tiempo a la empresa.

Para ampliar la empresa en su primer año, contrataron rápidamente a seis pasantes, negociaron con una compañía de impresión para conseguir un espacio de oficina asequible y, como les sugirió el propietario de la imprenta, se unieron a un grupo de redes de contactos. El grupo de redes resultó ser fundamental y premonitorio: ayudó a las propietarias a desarrollar relaciones que las conectaron con oportunidades de negocio, y sembró la idea de lo que ahora es Entreprenista. Actualmente, Socialfly emplea a más de 30 personas y ha trabajado con 300 marcas en la creación y gestión de campañas en las redes sociales desde el 2012.

Elegir empoderar a otras mujeres

El éxito creciente de Socialfly llegó acompañado de reconocimiento y premios, lo que hizo que otras mujeres se pusieran en contacto con Cartin y Spritzer para obtener asesoramiento empresarial. “Todas las semanas, las mujeres nos invitaban a tomar un café para con sus preguntas sacar partido de nuestras ideas”, dice Cartin. “Las dos queríamos ayudar absolutamente a todo el mundo, pero empezamos a darnos cuenta de que, si salíamos a tomar un café con cada persona que se nos acercaba, nunca tendríamos tiempo para dirigir nuestra propia empresa”.

Spritzer y Cartin reflexionaron sobre cómo podrían ayudar al mayor número posible de mujeres. En lugar de compartir repetidamente su propia historia, decidieron crear un espacio en el que las mujeres pudieran compartir conocimientos y crear una comunidad. Al recordar las redes de las que habían formado parte y los consejos que habían recibido a lo largo de los años, se dieron cuenta de la abundancia de mujeres que están creando empresas con ideas y consejos para compartir. “Ese fue el destello inspirador, nuestro momento ¡Ajá!”, dice Cartin. “Vamos a empezar un podcast para poder compartir estas historias”.

En noviembre del 2018, lanzaron el primer episodio del podcast Entreprenista[2], que despegó rápidamente. Cartin y Spritzer no sólo sabían cómo comercializar el podcast, después de todo dirigen una compañía de publicidad, sino que compartían cada semana historias inspiradoras que las mujeres querían escuchar, dice Cartin.

Cuando llegó la pandemia, Entreprenista creció aún más. “Recibíamos muchísimos mensajes de mujeres que querían crear una empresa”, dice Cartin. “Algunas habían perdido sus empleos durante la pandemia y estaban reevaluando sus prioridades, especialmente si tenemos en cuenta el aumento de las responsabilidades en el cuidado de los hijos que, para muchas, requería un entorno de trabajo más flexible. Nos dimos cuenta de que necesitábamos ir con todo y ayudar a estas mujeres”.

Como ya habían creado la plataforma Entreprenista, agregar nuevos recursos tenía sentido. Cartin y Spritzer lanzaron la Liga Entreprenista, una comunidad en línea de mujeres innovadoras. Sus miembros pueden aprovechar la programación de eventos virtuales y el entrenamiento, aparecer en el sitio web de Entreprenista y conectar y hacer negocios entre ellas. La Liga Entreprenista es la comunidad a la que Cartin y Spritzer desearían haber tenido acceso cuando lanzaron su primera empresa y quisieron crearla para ayudar a que el mayor número posible de mujeres propietarias de empresas tuvieran las herramientas, los recursos y la comunidad que necesitaban.

Trabajar para empoderar a las mujeres es importante para Cartin y Spritzer porque, como mujeres fundadoras, han experimentado muchas de las mismas luchas a las que se enfrentan otras, como la financiación de la empresa y luchar para que las tomen en serio.

“Para nosotras, es importante demostrar que puedes alcanzar tus sueños, aunque no tengas millones de dólares en el banco”, dice Spritzer. “Hay mucho poder en las historias que estamos compartiendo y en la comunidad que estamos construyendo. Socialfly se ha beneficiado de una comunidad de fundadoras con ideas afines, y ahora estamos llevando eso a otras mujeres. Y es muy gratificante poder retribuir y hacerlo”.

Enfrentar los desafíos

Las mujeres fundadoras se enfrentan a menudo a retos similares a la hora de poner en marcha y hacer crecer sus empresas, y Cartin y Spritzer se enfocan en encontrar soluciones. Obtener fondos es uno de los obstáculos más comunes: En el 2020, las mujeres recibieron sólo el 2.3 por ciento de las inversiones de capital de riesgo (VC, por sus siglas en inglés),[3] según un artículo del Harvard Business Review. Y las aprobaciones de préstamos para las mujeres son entre un 15 y un 20 por ciento más bajas que las de los hombres.[4]

Según Cartin y Spritzer, las relaciones adecuadas pueden ser una solución al reto de la financiación, y los grupos de redes de mujeres, como la Liga Entreprenista, pueden ayudar a facilitar esas relaciones. Por ejemplo, una presentación realizada a través de la Liga dio lugar a una inversión de serie A de $1.5 millones en la empresa de una integrante de la organización. No todas las empresas buscan financiamiento de capital de riesgo, pero las relaciones adecuadas también pueden ayudar a las mujeres fundadoras a encontrar subvenciones, tarjetas de crédito empresariales, socios, empleados y proveedores.

Además de conseguir financiamiento, las mujeres fundadoras suelen compartir los retos que supone equilibrar la maternidad y el crecimiento de una empresa. “Tengo un niño pequeño, y no resulta fácil, pero me inspiro en las mujeres de nuestro podcast que comparten sus consejos sobre cómo son capaces de manejarlo todo”, dice Cartin.

Otro tema común para las mujeres fundadoras es el “síndrome del impostor”, dice Cartin. Muchas invitadas al podcast y miembros de Entreprenista dicen que se han sentido incómodas compartiendo su idea de empresa o asumiendo el hecho de que son directoras ejecutivas, temiendo que los demás asuman que no son capaces o que no están siendo honestas sobre sus funciones.

Para muchas mujeres, aprender que los retos a los que se enfrentan no son únicos para ellas puede empoderarlas, dice Spritzer. Comprender que otras mujeres comparten las mismas luchas, y aprender sobre lo que les ha funcionado, puede ser liberador y reparador para las mujeres fundadoras.

Compartir consejos

Tras crear dos empresas y pasar tres años entrevistando a otras fundadoras exitosas para su podcast, Cartin y Spritzer tienen muchos consejos valiosos para las fundadoras, incluyendo estos tres importantes consejos:

  1. Encuentra una comunidad. “Nuestra comunidad y nuestra red han sido vitales para ayudarnos a resolver rápidamente los problemas a lo largo de nuestra trayectoria empresarial. Y esa es una de las razones por las que iniciamos la Liga Entreprenista”, dice Spritzer. “Todas estas mujeres pueden acceder a una comunidad de mujeres con ideas afines, y todas quieren ayudarse y apoyarse mutuamente”.

  2. Aprende de los desafíos. Cuando Cartin y Spritzer lanzaron por primera vez Socialfly, en realidad tenía un nombre diferente. Después de pasar varios meses creando la marca de la empresa y haciéndola funcionar, recibieron una carta de cese y desista en la que se explicaba que el nombre de su empresa era propiedad de otra compañía y que no tenían derecho legal a utilizarlo. “No teníamos ni idea de qué hacer y en qué tipo de problemas legales y financieros nos podíamos meter”, dice Cartin.

    Después de hacer un intercambio por los servicios de un abogado empresarial, Cartin y Spritzer acabaron cambiando el nombre de su empresa por el de Socialfly. “La gran lección es que siempre que creas que todo va mal, sólo tienes que resolver el problema y seguir avanzando, y algo realmente muy bueno siempre puede salir de una situación difícil”, dice Cartin. “Definitivamente diría que el nombre de Socialfly es mucho mejor que el nombre con el que empezamos. Siempre puede haber una luz de esperanza”.

  3. Cree en ti misma. “A través de las docenas de entrevistas que hemos hecho para el podcast, un rasgo común entre las mujeres fundadoras es su confianza en sí mismas”, dice Cartin. “Tienen agallas y resistencia, y no aceptan un no por respuesta ni se rinden después de recibir muchas negativas.Si más mujeres pudieran desarrollar esa mentalidad, creer en sí mismas y no sentir la necesidad de hacer las cosas perfectas antes de arriesgarse, veríamos mucha más igualdad y, con suerte, más financiamiento destinado a las mujeres”.

Del mismo modo, muchas de las mujeres entrevistadas en el podcast Entreprenista lanzaron empresas en campos en los que tenían poca o ninguna experiencia. “Les apasionaba mucho aquello que intentaban resolver, y esa pasión las alimentaba y las impulsaba a avanzar”, dice Cartin.

Cartin y Spritzer creían firmemente en Socialfly cuando empezaron, y de nuevo en ellas mismas cuando lanzaron Entreprenista. “Hay todo tipo de herramientas y recursos para las mujeres que dan ese primer paso y lideran con pasión su oficio”, dice Spritzer. “Tienes que ser resistente y estar de acuerdo con que las cosas no sean perfectas. Mientras puedas seguir avanzando, tienes toda la capacidad de construir la empresa y la vida de tus sueños”.

 


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