En el caso de muchas mujeres empresarias, un fracaso las catapultó al éxito. Quizás fue la simple determinación de probar que quien les dijo que no era posible estaba equivocado.

En cierto sentido, el coronavirus fue el mismo agente motivador. Decididas a sobrevivir la pandemia, estas seis empresarias lucharon durante la recesión para salvar sus empresas para sí mismas y para sus empleados, sus clientes y su comunidad.     

Crecimiento inesperado en un momento de incertidumbre   

Kathy Lill y Nicole Dull eran amigas mucho antes de convertirse en socias comerciales. Se criaron en el mismo vecindario, sus familias vivían a unas cuantas casas de distancia y a menudo iban de vacaciones juntas.

En 2010, cuando las amigas y ahora socias comerciales identificaron la necesidad de contar con compañías de limpieza con licencia, garantía y seguro en la costa este de Maryland, fundaron Tidewater Cleaning Service (tidewatercleaningservice.com), que se enfoca principalmente en limpieza residencial. A medida que se corrió la voz, la empresa creció rápidamente.

Luego comenzó la pandemia. En marzo de 2020, cuando los estados decretaron el cierre, Kathy y Nicole hicieron una pausa en su empresa de limpieza residencial, se informaron sobre la COVID-19 y dieron una nueva capacitación a sus empleados con respecto a los métodos y protocolos de limpieza adecuados. Y gracias a que se trata de un servicio esencial, tuvieron la posibilidad de mantener abierta la parte comercial de su empresa hasta que sus clientes residenciales estuvieran listos para tenerles de vuelta.

A medida que los clientes comenzaron a solicitar limpiezas diarias en lugar de las citas normales de una vez por semana, su empresa de limpieza comercial prosperó. Antes de la pandemia, las solicitudes de Tidewater eran de tipo residencial en un 80 %. Actualmente, tiene un 40 % de solicitudes de tipo comercial.

“La pandemia cambió completamente el sector de la limpieza. En lugar de ser algo que era un lujo, se convirtió rápidamente en una verdadera necesidad", dijo Kathy.    

Kathy Lill y Nicole Dull eran amigas mucho antes de convertirse en socias comerciales. Se criaron en el mismo vecindario, sus familias vivían a unas cuantas casas de distancia y a menudo iban de vacaciones juntas.

En 2010, cuando las amigas y ahora socias comerciales identificaron la necesidad de contar con compañías de limpieza con licencia, garantía y seguro en la costa este de Maryland, fundaron Tidewater Cleaning Service (tidewatercleaningservice.com), que se enfoca principalmente en limpieza residencial. A medida que se corrió la voz, la empresa creció rápidamente.

Luego comenzó la pandemia. En marzo de 2020, cuando los estados decretaron el cierre, Kathy y Nicole hicieron una pausa en su empresa de limpieza residencial, se informaron sobre la COVID-19 y dieron una nueva capacitación a sus empleados con respecto a los métodos y protocolos de limpieza adecuados. Y gracias a que se trata de un servicio esencial, tuvieron la posibilidad de mantener abierta la parte comercial de su empresa hasta que sus clientes residenciales estuvieran listos para tenerles de vuelta.

A medida que los clientes comenzaron a solicitar limpiezas diarias en lugar de las citas normales de una vez por semana, su empresa de limpieza comercial prosperó. Antes de la pandemia, las solicitudes de Tidewater eran de tipo residencial en un 80 %. Actualmente, tiene un 40 % de solicitudes de tipo comercial.

“La pandemia cambió completamente el sector de la limpieza. En lugar de ser algo que era un lujo, se convirtió rápidamente en una verdadera necesidad", dijo Kathy.

 

El cambio por la pandemia brinda comodidad y crecimiento

Cuando le encomendaron la tarea de elaborar centros de mesa para el baby shower de una amiga, Shari Verrone no tenía idea que esto la llevaría una empresa multimillonaria. Stackable Sensations (StackableSensations.com) surgió del entusiasmo que los asistentes a celebraciones de baby shower mostraron con las “tortas para bebés” de tres pisos de Shari elaboradas con hermosas figuras de baberos, pañales y otros artículos de bebés. En la actualidad, esta empresa certificada por WBENC que cuenta con 16 empleados ha madurado para convertirse en un proveedor de soluciones promocionales mundial que se especializa en obsequios creativos con logotipo de marca para eventos, exhibiciones comerciales, donaciones corporativas y eventos de entrega de reconocimientos.

Cuando la pandemia azotó, Stackable dejó de recibir llamadas y correos electrónicos. “Dado que la mayoría de nuestras ventas se enfocaban en eventos y exhibiciones comerciales, los cuales se habían cancelado, sabía que teníamos que hacer un cambio de inmediato para apoyar a nuestros clientes, al igual que a nuestra propia viabilidad”, relató Shari.

Shari y su equipo pensaron de forma estratégica y trabajaron día y noche para conseguir los productos que sus clientes necesitaban urgentemente: desde mascarillas reutilizables hasta termómetros y dispensadores de desinfectante para manos sin contacto. Su rápida acción permitió que Stackable Sensations se convirtiera en proveedor autorizado de muchas corporaciones más grandes y generó un incremento del 55 % en las ventas en términos interanuales.

“Pusimos nuestra agilidad a prueba”, dijo Shari.

Shari también aprovechó su relación de banca de confianza. “Nuestro representante bancario de PNC sabe cómo hacer que las cosas sucedan”, dijo. “Durante esta época tan estresante, nos orientó con respecto al Programa de protección del pago del salario, para que pudiéramos ayudar a nuestros empleados a seguir manteniendo a sus familias. El apoyo de PNC nos ha ayudado a mantenernos fuertes”.

 

Mirar al futuro y al mismo tiempo retribuir

Rachel Rothenberg había estado trabajando en la industria de la moda de Nueva York durante 16 años cuando la pandemia azotó. Cuando el gobernador hizo un llamado público para que los diseñadores y fabricantes de Nueva York concibieran soluciones creativas ante la escasez de equipo de protección personal (PPE, por sus siglas en inglés), Rachel y dos colegas, Alexandra Baylis y Amy Tiefermann, pronto entraron en acción.

Horrorizadas por las imágenes que vieron en las noticias de enfermeros que utilizaban bolsas de basura como protección, las mujeres abrieron una página de GoFundMe y se pusieron a trabajar en un gimnasio vacío con un par de mesas plegables y tela donada por fabricantes locales. En tan solo una semana, confeccionaron su primer lote de 300 batas de hospital a través de su nueva organización sin fines de lucro, Garment District for Gowns (garmentdistrictforgowns.com).

Gracias a la afluencia de generosos donativos y a que fueron las primeras beneficiarias de la subvención Pandemic Supply Grant de Empire State Development, este pequeño pero poderoso equipo de profesionales de la moda ha sido capaz de incrementar considerablemente sus operaciones al abordar la falta de PPE fabricado en Estados Unidos. A través de GoldaTech (goldatech.com), su compañía con fines de lucro, han fabricado más de medio millón de batas médicas reutilizables que se pueden monitorear mediante una aplicación y están hechas de materiales reciclados. Su entidad sin fines de lucro ha donado más de 11,000 batas para ayudar a las instalaciones necesitadas.

“Fui guiada en cada paso del camino a medida que establecimos la empresa”, dijo Rachel. “Es muy alentador que tu banco y tu representante bancario crean en tu futuro y apoyen a las mujeres propietarias de empresas. La curva de aprendizaje ha sido pronunciada, y PNC ha estado ahí para guiarme y brindarme apoyo”.

Las circunstancias en las que empezaron su trayecto siguen siendo tan importantes como siempre, y por ello GoldaTech dona el 10 % de sus ganancias a Garment District for Gowns. Motivadas a ayudar cuando se necesitaba ayuda urgentemente, siguen ampliando su labor benéfica en comunidades desatendidas mientras mantienen como prioridad la sostenibilidad y el impacto ambiental generado por la fabricación del PPE.

Obtén más información sobre estas tres empresas y sobre otras historias de mujeres que triunfan.