Con cuatro generaciones en el lugar de trabajo, los empleadores se encuentran gestionando una de las fuerzas laborales con mayor diversidad generacional de la historia.

Esta diversidad conlleva un mayor potencial de innovación y de resolución de problemas.[1] Pero ello también puede causar fricciones, sobre todo si los trabajadores sienten que se favorece a una generación sobre las demás.[2]

Por tanto, gestionar eficazmente una fuerza laboral intergeneracional significa satisfacer las diversas necesidades de los trabajadores y aprovechar los puntos fuertes únicos de cada generación para facilitar la colaboración y ayudar a que cada miembro del equipo se sienta valorado. Los siguientes 5 consejos y buenas prácticas pueden ayudar.

1. Ofrecer acuerdos de trabajo flexibles

Los trabajadores de hoy exigen flexibilidad a sus empleadores,[3] y acomodar los diferentes estilos de trabajo ayuda al éxito de todo el equipo. Los trabajadores de la Generación X y de la Generación del Milenio, en particular, anhelan acuerdos de trabajo que permitan un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada. A los Boomers les gusta en general la tutoría de tipo coaching, mientras que a la Generación Z le gusta la independencia y el trabajo autodirigido.[4]

Ten en cuenta las tendencias generacionales, así como los puntos fuertes de cada empleado, a la hora de asignar sus funciones. Y utiliza los estilos de trabajo de tus empleados como guía para saber cuál es la mejor manera, y la frecuencia, de controlar.

2. Varía tu comunicación

Gestionar una fuerza laboral intergeneracional también significa tener en cuenta las diferencias intergeneracionales a la hora de comunicarse con el equipo.

Las generaciones mayores tienden a preferir cualquier medio de comunicación que les resulte más eficiente, incluida la comunicación cara a cara y por teléfono, mientras que la Generación Z y los mileniales gravitan hacia los mensajes instantáneos (IM) y los textos.[4] Pero las generaciones más jóvenes también tienen sus diferencias. Mientras que los milleniales prefieren comunicarse por correo electrónico, la Generación Z suele evitar el correo electrónico en favor de las redes sociales.[4]

Dirige a los miembros del equipo con eficacia eligiendo el estilo de comunicación que prefieran siempre que sea posible. Cuando envíes mensajes a todo el equipo, intenta utilizar varios canales -por ejemplo, el correo electrónico, el teléfono y las redes sociales para que cada miembro del equipo se sienta incluido.

3. Haz de la mentoría una prioridad

La mentoría puede ayudar a cruzar las divisiones generacionales, dando a las generaciones más antiguas y más jóvenes la oportunidad de aprender unas de otras, y de celebrar sus diferencias.

Los boomers, en particular, prosperan en las funciones de tutoría,[4] por lo que emparejar a los miembros más veteranos del equipo con los jóvenes y nuevos contratados puede ser una oportunidad para transmitir sus años de experiencia. Al mismo tiempo, los trabajadores más jóvenes con conocimientos de tecnología aportan nuevas habilidades a la tutoría que pueden ayudar a la pareja a trabajar con mayor eficacia.

Observa a los trabajadores mayores y a los más jóvenes con habilidades complementarias como oportunidades de tutoría, y busca emparejamientos inesperados,por ejemplo, tutoría entre equipos o departamentos, para mejorar el aprendizaje multigeneracional.

4. Concéntrate en tu misión

Tener metas comunes fomenta una mejor colaboración y trabajo en equipo, así que reúne al equipo en torno a tu causa para reducir las fricciones intergeneracionales.[5] Comunica claramente la misión de tu organización, y cómo el trabajo de tu equipo encaja en ella, para animar a los empleados a centrarse en el panorama general.

La mayoría de las generaciones prosperan con el feedback inmediato de sus jefes, así que comprueba con frecuencia y solicita el feedback de tu equipo. Esto te permitirá monitorear tu progreso, así como identificar y abordar tempranamente los problemas entre oficinas.

5. Aprovechar las fortalezas únicas de cada trabajador

Aunque las distintas generaciones pueden aportar diferentes estilos de trabajo, experiencias vitales y actitudes en el lugar de trabajo, todos los trabajadores quieren sentirse apreciados.

Dedicar tiempo a reconocer los logros del equipo y a destacar las habilidades y los talentos únicos que aporta cada trabajador, ayuda a fomentar un sentimiento de comunidad en la oficina, que puede calmar los conflictos intergeneracionales y sacar lo mejor del equipo.