En abril de 2021, el presidente Joseph R. Biden Jr. propuso el “Plan de Empleos Estadounidenses (American Jobs Plan), una propuesta integral que tiene el objetivo de aumentar la inversión en infraestructura, la producción de energía limpia, la economía asistencial y demás prioridades. En combinación, este plan destinaría aproximadamente el 1 por ciento del PIB a estos objetivos, concentrado en un plazo de ocho años”.[1] 

El presidente Biden también anunció el plan fiscal Made In America , el cual comprende las propuestas fiscales para llevar a cabo los objetivos del Plan de Empleos Estadounidenses. Para facilitar la referencia, el plan fiscal Made in America se denomina en lo sucesivo, el “Plan”.

El Departamento del Tesoro de los EE. UU. ha dado a conocer un informe que describe las propuestas fiscales del Plan. El informe del Tesoro describe las metas del Plan de la siguiente manera:

Hacer que las compañías y los trabajadores estadounidenses sean más competitivos al eliminar los incentivos de invertir en el extranjero, reducir considerablemente la transferencia de utilidades, contrarrestar la competencia fiscal en las tasas corporativas y proporcionar preferencias fiscales para la producción de energía limpia. Es importante destacar que este plan fiscal generaría nuevos fondos para pagar por un aumento sostenido en las inversiones en infraestructura, investigación y apoyo para el área de manufactura, pagando completamente las inversiones en el Plan de Empleos Estadounidenses durante un periodo de 15 años y continuando a generar ingresos de forma permanente.[2]

El informe menciona que el Plan se guía por seis principios:

1)  recaudar ingresos suficientes para financiar inversiones críticas;

2)  establecer un sistema tributario más justo que recompense el trabajo;

3)  reducir el traslado de utilidades y eliminar los incentivos de invertir en el extranjero;

4)  poner fin a la carrera hacia el abismo en todo el mundo;

5)  exigir que todas las corporaciones paguen lo que les corresponde, y

6)  desarrollar una economía resistente para competir.

Cada uno de estos principios se explica de forma más completa en el informe de Tesorería. Para lograr estos seis principios, el Plan propone implementar “una serie de reformas al impuesto corporativo para abordar el traslado de utilidades y los incentivos de invertir en el extranjero, así como ofrecer la igualdad de condiciones entre las corporaciones nacionales y extranjeras. Algunas de estas son:

a. Aumentar la tasa del impuesto sobre la renta corporativo al 28 por ciento;

b. Fortalecer el impuesto mínimo global para las corporaciones estadounidenses multinacionales;

c. Reducir los incentivos de invertir en jurisdicciones extranjeras al mantener tasas de impuestos corporativos sumamente bajas al fomentar la adopción global de sólidos impuestos mínimos;

d. Sancionar un impuesto mínimo del 15 por ciento sobre los ingresos contables de las compañías grandes que declaren altas ganancias, pero tengan pocos ingresos sujetos a gravamen.

e. Reemplazar los incentivos defectuosos que recompensan el exceso de ganancias provenientes de los activos intangibles por incentivos más generosos para nuevas investigaciones y desarrollos ;

f. Sustituir los subsidios de combustibles fósiles por incentivos para la producción de energía limpia; y

g. Reforzar la imposición de la ley para abordar la evasión del impuesto corporativo”.[3]

Este artículo analizará algunos de los cambios propuestos al impuesto sobre la renta corporativo federal que se proponen en el Plan. No obstante, a medida que se revisan las propuestas, es necesario reconocer que se encuentran en un informe publicado por el Departamento del Tesoro, y que la legislación para promulgar el Plan aún no ha sido presentada al Congreso. Además, como ocurre con todas las propuestas políticas, no es nada seguro lo que finalmente se promulgará, si es que se promulga algo. Por lo tanto, este comentario es especulativo. Dado que la situación financiera y fiscal de cada empresa y de cada propietario de empresa es única, antes de actuar en función de propuestas de administración o legislación propuesta, debes hablar con tu abogado, contador y demás asesores fiscales y financieros.

P: ¿Cómo afectaría el Plan a las tasas del impuesto sobre la renta corporativo?

En el 2017, la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos[4] (TCJA) redujo la tasa del impuesto sobre la renta marginal superior de las corporaciones del 35 % al 21 %. “Antes de los cambios implementados por la [TCJA], la sección 11(b) [del Código de Impuestos Internos (IRC)] establecía que el monto de impuestos que se impone [a una corporación] se basaba en la estructura de tasa progresiva que empieza con el 15 por ciento de los ingresos sujetos a gravamen de la corporación y aumenta al 35 por ciento de los ingresos gravables”.[5] Tras la promulgación de la TCJA, se imponía una tasa fija del 21 %, la cual se sigue imponiendo a los impuestos sujetos a gravamen de las corporaciones. El Plan aumentaría la tasa fiscal corporativa al 28 % de los ingresos sujetos a gravamen. Aunque no se menciona en el informe de Tesorería, parecería que el impuesto corporativo seguiría siendo un impuesto fijo sobre los ingresos sujetos a gravamen conforme a una tasa mayor.

La TCJA derogó el impuesto mínimo alternativo corporativo. El informe de Tesorería indica que “en un año típico, aproximadamente 200 compañías declaran ingresos netos iguales o superiores a $2,000 millones. De estas, una parte considerable no paga el impuesto sobre la renta federal o paga un impuesto negativo a pesar de declarar cientos de miles de millones de dólares en ganancias pagadas a los accionistas de forma conjunta”.[6] El plan restablecería un impuesto mínimo equivalente al 15 % del monto conforme al cual los ingresos contables de la corporación superen su responsabilidad fiscal normal. De acuerdo con el informe de Tesorería, “las empresas recibirían créditos por los impuestos pagados que superen el umbral mínimo de impuestos contables de años anteriores para créditos fiscales empresariales generales (incluidos los créditos de investigación y desarrollo, energía limpia y vivienda) y para créditos fiscales extranjeros”. [7] El plan no presenta detalles, así que todavía está por verse cómo se calcularían y se aplicarían estos créditos.

Oportunidad de planificación: Debes considerar si tiene sentido acelerar la percepción de ingresos en un año que tenga un tasa impositiva más baja o aplazar las deducciones en un año que tenga una tasa impositiva más alta.

Es evidente que, en igualdad de condiciones, la implementación de una tasa impositiva más alta generará un impuesto más alto. Una consecuencia de este postulado es que el valor de las deducciones es mayor cuando las tasas impositivas son más altas. Por ejemplo, suponiendo una correlación de dólar por dólar con una tasa impositiva fija del 21 %, una deducción de $100 ahorrará $21 en impuestos, mientras que en el caso de una tasa impositiva fija del 28 %, la misma deducción ahorraría $28 en impuestos. Si se espera que las tasas impositivas aumenten, puede ser posible, al trabajar con tus asesores fiscales, acelerar la percepción de ingresos del año actual con una tasa impositiva más baja y aplazar las deducciones del año próximo con una tasa impositiva más alta para generar un costo de impuestos óptimo cuando se consideran ambos años de forma conjunta. Por supuesto, esto supone que cualquier incremento en la tasa no sea retroactivo[8] y que la empresa pueda pronosticar con precisión sus ingresos y sus deducciones correspondientes al año próximo.

P: ¿La tasa de impuesto corporativo más alta que se propone en el Plan se aplica a una corporación a la cual se cobran impuestos según lo dispuesto en el Subcapítulo S del IRC, o se aplica a los accionistas de una corporación S?

No necesariamente, aunque es posible que otras propuestas fiscales afecten el cobro de impuestos sobre los ingresos atribuibles a una corporación sujeta a impuestos según lo dispuesto en el Subcapítulo S (corporación S) del IRC. En general, las corporaciones S no pagan un impuesto sobre la renta a nivel corporativo.[9] En lugar de ello, los ingresos, las deducciones y demás atributos de impuestos de la corporación se trasladan a sus accionistas para cobrar los impuestos sobre los retornos individuales de los accionistas.[10]

Sin embargo, se aplican reglas especiales a una corporación S que previamente era una corporación a la que se cobraban impuestos según lo dispuesto en el Subcapítulo C del IRC (corporación C) y se habría visto afectada por un incremento en la tasa fiscal corporativa. Si una corporación S ha acumulado ganancias y utilidades (por lo general, de cuando era una corporación C) al final de su año gravable y sus ingresos provenientes de inversiones pasivas es mayor al 25 % de sus percepciones brutas, la corporación S podría enfrentarse a un impuesto sobre la renta que supere sus ingresos pasivos netos conforme a la tasa fiscal corporativa marginal más alta.[11] Si una corporación C se convierte en una corporación S y enajena sus bienes tras haber acumulado una ganancia de cuando era una corporación C en un plazo de 5 años de la fecha que comience el primer día del primer año gravable en el que era una corporación S, la ganancia estará sujeta a un impuesto a nivel corporativo conforme a la tasa corporativa más alta.[12] Además, una corporación C que emplea el método contable “últimas entradas, primeras salidas” (LIFO) con respecto a su inventario debe recuperar, durante su último año gravable antes de convertirse en una corporación S, el beneficio de emplear dicho método contable en lugar del método contable de “primeras entradas, últimas salidas”(FIFO). El monto de recuperación se “incluye en los ingresos brutos de la corporación para ese último año gravable”.[13]

No obstante, los contribuyentes individuales, incluidos los accionistas de las corporaciones S, se pueden ver afectados por las propuestas fiscales del presidente en lo referente a los impuestos sobre ingresos personales. 

El 28 de abril de 2021, el presidente Biden propuso el Plan de las Familias Estadounidenses (el Plan de las familias) y la sala de reuniones de la Casa Blanca emitió una hoja de información (la Hoja de información) que resume lo que el Plan de las familias pretende lograr y cuáles son las fuentes de ingresos que se generarían para implementarlo.[14] El Plan de las familias establece que la tasa del impuesto sobre la renta personal marginal superior aumentaría al 39.6 %.[15] 

Además, conforme al Plan de las familias, las tasas del impuesto sobre la renta correspondiente a las ganancias de capital también aumentarían en el caso de algunos contribuyentes. De acuerdo con la hoja de datos, “los hogares con ingresos superiores a $1 millón … pagarán la misma tasa de 39.6 por ciento sobre todos sus ingresos, lo que iguala la tasa pagada sobre los retornos de inversión y salarios”.[16] Por lo tanto, un aumento en las tasas del impuesto sobre la renta personal con respecto a los ingresos ordinarios y a los ingresos de ganancias de capital podría aumentar el impuesto sobre la renta correspondiente a los ingresos de la corporación S que se trasladen a los accionistas de la corporación.

Además, la TCJA promulgó la sección 199A del IRC,[17] la cual otorga a los propietarios de entidades empresariales que pagan impuestos en calidad de entidades conducto (las cuales incluyen las corporaciones S) una deducción de hasta el 20 % sobre sus ingresos empresariales calificados (QBI).[18] Las reglas con respecto a la elegibilidad y al cálculo de la deducción pueden tener muchos matices y pueden ser complejas (y quedan fuera del alcance del presente artículo). Además, no todos los propietarios de empresas calificarán para recibir la deducción, ya que la mayoría de los proveedores de servicios profesionales tradicionales se involucran en un comercio o empresa de servicios específicos (SSTB) y, por lo general, no pueden aprovechar la deducción QBI si los ingresos sujetos a gravamen del propietario superan el nivel de reducción/incorporación gradual.[19] Para el 2021, el umbral de reducción/incorporación gradual es de $329,800 en el caso de los contribuyentes casados que presentan una declaración conjunto, de $164,925 en el caso de los contribuyentes casados que presentan declaraciones separadas y de $164,900 en el caso de los contribuyentes solteros y de todos los demás contribuyentes.[20] Los QBI de un SSTB no se pueden deducir si el contribuyente tiene ingresos sujetos a gravamen que superen los niveles de reducción/incorporación gradual. Por otro lado, sujeto a las restricciones de la prueba de salarios y activos, es posible que aún se ofrezca una deducción para los QBI que no provengan de un SSTB, incluso si los ingresos sujetos a gravamen del propietario superan los niveles de reducción/incorporación gradual.[21] Si el congreso no implementa ninguna medida adicional, la deducción para los QBI ya no se ofrecerá para los años fiscales que comienzan a partir del 31 de diciembre de 2025.[22] En este momento, ni el Plan ni el Plan de las Familias propone la eliminación de esta deducción antes de su fecha de vencimiento programada para finales del 2025.

Oportunidad de planificación: Antes que las tasas del impuesto corporativo o individual aumenten, debes considerar si es adecuado realizar distribuciones de una corporación C.

Si has considerado convertir tu corporación C en una corporación S, quizás tenga sentido hacerlo antes que las tasas de impuestos aumenten. En relación con la conversión, debes considerar si tiene sentido distribuir las ganancias y utilidades a los accionistas.

Por ejemplo, a pesar de que los dividendos pagados por una corporación C están sujetos a dos niveles de impuestos (la corporación paga el impuesto sobre la renta correspondiente a sus ingresos sujetos a gravamen y los accionistas pagan el impuesto sobre la renta correspondiente a los dividendos pagados por la corporación), quizás tenga sentido eliminar las ganancias y las utilidades de la corporación en este momento cuando los dividendos calificados pagan impuestos conforme a las tasas más favorables que se aplican a las ganancias de capital. Esto permitiría que la corporación C elimine sus ganancias y utilidades acumuladas antes de convertirse en una corporación S, con lo que podría evitar un impuesto sobre los ingresos pasivos excedentes (en caso de que proceda).

Además, podría ser adecuado comparar si eliminar los activos de inversión de una corporación C en este momento, no obstante la existencia de los dos niveles del impuesto sobre la renta, generaría un impuesto sobre la renta total más bajo con el paso del tiempo. Si se promulga el Plan, se podrían cobrar impuestos a los ingresos sujetos a gravamen de una corporación C conforme a una tasa fija del 28 %. Compara esto con repartir esos activos de inversión entre los accionistas de la corporación, algunos de los cuales quizás estén sujetos al impuesto sobre la renta personal conforme a tasas marginales más bajas (en un sistema tributario graduado en lugar de un impuesto fijo).

Por supuesto, la situación de cada contribuyente es diferente y, antes de realizar distribuciones de una corporación, es necesario contar con el análisis cuidadoso de tus asesores legales, fiscales y financieros.

P: ¿El impuesto sobre la renta de operaciones en el extranjero se ve afectado por el Plan?

El Plan propone muchas modificaciones a las disposiciones del IRC en relación con el cobro de impuestos a los ingresos generados en el extranjero, ya que aborda en particular las disposiciones que el Plan considera que promueven el traslado de utilidades a los países que tienen impuestos bajos para evitar los impuestos de EE. UU. “Conforme a la TCJA, una persona de EE. UU. que posea al menos el 10 por ciento del valor o de los derechos de voto con respecto a una o varias [corporaciones extranjeras controladas] tendrá la obligación de incluir sus ingresos intangibles globales sujetos a impuestos bajos como ingresos sujetos a gravamen actualmente, sin importar si se distribuye algún monto al accionista. Una persona de EE. UU. incluye las personas físicas, corporaciones nacionales, sociedades, fideicomisos y bienes de EE. UU.”.[23] Los ingresos intangibles globales sujetos a impuestos bajos (GILTI) correspondientes al año se incluyen en los ingresos brutos del contribuyente de manera similar a la forma en que el contribuyente incluye los ingresos correspondientes a la subparte F.[24] Aunque las reglas GILTI (ingresos globales intangibles con bajos impuestos) quedan fuera del alcance de este artículo,

los GILTI se calculan como los ingresos activos totales obtenidos por las compañías afiliadas extranjeras de una empresa estadounidense que superen el 10 por ciento de los bienes tangibles amortizables de la empresa. Por lo general, una corporación (mas no otras empresas) puede deducir el 50 por ciento de los GILTI y solicitar un crédito fiscal extranjero correspondiente al 80 por ciento de los impuestos extranjeros pagados o devengados sobre los GILTI. Por lo tanto, si la tasa impositiva extranjera equivale a cero, la tasa impositiva estadounidense efectiva sobre los GILTI será del 10.5 por ciento (es decir, la mitad de la tasa corporativa normal del 21 por ciento como resultado de la deducción del 50 por ciento). Si la tasa impositiva extranjera es igual o mayor la 13.125 por ciento, no se aplicará ningún impuesto estadounidense tras la implementación del crédito del 80 por ciento correspondiente a impuestos extranjeros.[25]

El Plan propone poner un fin a “la exención tributaria correspondiente al primer retorno del 10 por ciento sobre los activos extranjeros. Además, calcularía el impuesto mínimo de los GILTI dependiendo del país, lo que pondría fin a la capacidad que las empresas multinacionales tienen para proteger sus ingresos de los impuestos estadounidenses en paraísos fiscales mediante la aplicación de los impuestos pagados en países donde los impuestos son más altos [cita omitida]. El Plan también aumentaría el impuesto mínimo de los GILTI al 21 por ciento (hasta tres cuartas partes de la nueva propuesta de tasa fiscal corporativa del 28 por ciento, en lugar de la relación actual de la mitad)”.[26]

El Plan implementaría una serie de modificaciones adicionales a los impuestos que afectan las operaciones en el extranjero y las utilidades provenientes de jurisdicciones extranjeras. Estas incluyen:

  • El informe de Tesorería menciona que el Plan “implementaría sólidas defensas contra las inversiones corporativas”.[27] Una inversión corporativa “es una transacción en la que una compañía multinacional con sede en los EE. UU. se fusiona con una compañía extranjera más pequeña y luego establece su residencia en el país de la compañía extranjera. Como residente extranjero, en ocasiones la compañía puede reducir considerablemente sus impuestos sin tener que cambiar la ubicación de ninguna de sus actividades empresariales reales”.[28] “La propuesta fortalecería las reglas contra la inversión al tratar, en general, a una corporación extranjera adquiriente como una compañía estadounidense con base en el umbral reducido de titularidad continua del 50 por ciento, o si la corporación extranjera adquiriente es administrada y controlada en los Estados Unidos”.[29] El umbral de titularidad continua actual es del 80 %.[30]
  • El Plan propone negar a las corporaciones multinacionales las deducciones de impuestos estadounidenses haciendo referencia a los pagos realizados a las partes relacionadas que están sujetas a una tasa de impuesto efectiva baja. Lo que se considera una tasa de impuesto efectiva baja se definiría haciendo referencia a la tasa acordada en el contrato multilateral, o bien, en ausencia de este, el determinador de la tasa predeterminada sería la tasa impositiva correspondiente a los ingresos GILTI, según se modifica en el Plan.
  • A fin de incentivar las exportaciones, la TCJA redujo al 13.125 % la tasa impositiva sobre una parte de los ingresos provenientes de las exportaciones de las corporaciones estadounidenses, frente a la tasa normal del 21 %. Una corporación C nacional que tiene ingresos intangibles derivados del extranjero (FDII) pueden deducir el 37.5 por ciento de sus FDII.[31] Tal deducción da lugar a una tasa del 13.125 % sobre dichos ingresos. En el caso de los años fiscales a partir del 31 de diciembre de 2025, la deducción se reduce al 21.875 % de los FDII.[32] Dicha deducción genera una tasa impositiva efectiva del 16.406 % sobre dichos ingresos. El Plan derogaría esta disposición.

P: ¿El Plan realiza otras modificaciones al sistema del impuesto corporativo?

Según el informe de Tesorería, “el… Plan eliminaría los subsidios de las compañías de combustibles fósiles, al mismo tiempo que proporcionaría incentivos para volver a posicionar los Estados Unidos como líder global en cuestiones de energía limpia… ”[33] Aunque el informe de Tesorería no presenta muchos detalles, este indica que el Plan:

  • Eliminaría los subsidios de las compañías de combustibles fósiles. Aunque no se menciona en el informe de Tesorería, conforme a las leyes actuales, dichos incentivos incluyen los factores de agotamiento[34] y los gastos derivados de los costos de perforación de intangibles.[35]
  • El Plan otorgaría una prórroga de 10 años sobre el crédito fiscal para la producción de electricidad renovable[36] y un crédito fiscal de inversión para la generación y almacenamiento de energía limpia.[37] Dichos créditos se realizarían en la forma de “pago directo” (de manera similar a un crédito fiscal reembolsable), lo que ayudaría al desarrollador de proyectos a no tener que recurrir a los mercados de capitales fiscales para encontrar inversionistas en un proyecto de energía limpia.
  • Aunque el informe de Tesorería no presenta ningún detalle, este indica que el Plan:
    • generaría un nuevo incentivo fiscal para las líneas de transmisión de energía de larga distancia y ampliaría los incentivos fiscales disponibles para los proyectos de almacenamiento de electricidad.
    • generaría incentivos fiscales para proyectos vanguardistas de captura y secuestro de carbono.
    • respaldaría la fabricación de energía limpia, lo que incluiría la extensión del crédito fiscal para inversión en el caso de proyectos de energía avanzados elegibles.[38]
    • incluiría el crédito fiscal de un mezclador para el combustible de aviación sostenible.
    • sancionaría a los contaminadores a través de elementos disuasorios fiscales, restituiría el impuesto a los contaminadores para pagar los costos de limpieza de la EPA relacionados con los sitios del superfondo.

P: ¿Qué sucede a continuación?

La legislación propuesta necesaria para promulgar el Plan aún no ha sido presentada al congreso. 

Incluso después que la legislación propuesta haya sido presentada, nadie sabe cómo la propuesta se modificará en el congreso o si el congreso siquiera la tomará en cuenta. 

Con un Congreso estrechamente dividido, no se sabe hasta qué punto se aplicará el programa del presidente Biden.