¿Qué es una fundación privada?

Una fundación privada es una organización benéfica que puedes crear para lograr tus metas de donaciones benéficas. La fundación se puede crear ya sea como una corporación o como un fideicomiso. 

Aunque existen fundaciones de operación privada que llevan a cabo sus propias funciones benéficas directas (como un museo o una organización que brinda alojamiento a las personas sin hogar), la mayoría de las fundaciones privadas son organizaciones benéficas que (por lo general) otorgan subvenciones en efectivo a organizaciones benéficas públicas.

Dado que se trata de tu organización benéfica privada, tú y quizás tu familia pueden dirigir las operaciones de la fundación.

¿Cómo funciona?

Para crear una fundación privada, tú (a través de un abogado) establecerías ya sea un fideicomiso o una corporación (para facilitar la referencia, nos referiremos de forma genérica a cualquier tipo de organización como una fundación). A medida que se organiza la fundación, crearás su estructura de gobierno. Dado que se trata de tu fundación, puedes elegir la junta directiva o los fideicomisarios. Puedes desempeñarte como el director o fideicomisario único si así lo deseas. Dependiendo de la estructura, la junta directiva y los fideicomisarios pueden elegir los funcionarios que administren las operaciones diarias de la fundación. Es común que el donante, el cónyuge del donante y en ocasiones otros familiares del donante dirijan las operaciones de la fundación.

Los funcionarios/directivos/fideicomisarios de tu fundación solicitarían al Servicio de Impuestos Internos (IRS) que otorgue a la fundación el estatus exento de impuestos según lo dispuesto en la sección 501(c)(3) del Código de Impuestos Internos (IRC) al llenar el formulario 1023. La clasificación predeterminada para una organización exenta de impuestos que califica según lo dispuesto en la sección 501(c)(3) del IRC es una fundación privada. Sin embargo, si tal organización recibe un amplio apoyo del público y si cumple con determinadas pruebas financieras, puede calificar como organización benéfica pública (como la Cruz Roja Americana o la Sociedad Americana contra el Cáncer). Alternativamente, si la fundación privada opera un proyecto o misión benéfica específica (como un museo), puede calificar como una fundación de operación privada. Las organizaciones benéficas públicas y las fundaciones de operación privadas están fuera del alcance de este artículo.

Una vez que la fundación califique como entidad exenta de impuestos, puede recibir contribuciones deducibles de impuestos. La fundación además está sujeta a reglas y regulaciones un tanto complicadas que rigen a las fundaciones privadas. Dichas reglas están diseñadas para garantizar que el dinero exento de impuestos de la fundación se utilice para fines benéficos. Por ejemplo, una fundación privada no puede donar dinero a causas políticas. Además, la fundación privada no puede participar en transacciones en beneficio propio con personas descalificadas (como los donantes importantes o sus familiares). Las reglas son muy estrictas. Por ejemplo, si tu fundación privada compra una mesa con alimentos en un evento benéfico, tú (en calidad de donante significativo y, por lo tanto, persona descalificada) no podrías asistir a la cena, ya que recibirías un beneficio de tu fundación. Conforme a la ley actual, los administradores de fundaciones tienen el derecho de recibir una remuneración razonable por los servicios prestados a la fundación. No seguir las reglas de la fundación privada podría dar lugar a graves impuestos especiales para la fundación y los administradores de la misma.

A fin de garantizar que las fundaciones privadas no almacenen los fondos exentos de impuestos, las reglas de la fundación privada por lo general requieren que la fundación distribuya cuando menos el 5 % de su valor cada año a otras organizaciones benéficas. Los funcionarios/directivos/fideicomisarios de la fundación determinan el proceso para otorgar subvenciones, cuáles organizaciones benéficas recibirán dichas subvenciones y el método y programación del pago de subvenciones. Para garantizar que los fondos distribuidos se utilicen para fines benéficos, a menos que una distribución se realice a una entidad benéfica pública, la fundación debe seguir siendo responsable de determinar que los fondos distribuidos se utilicen para el fin benéfico previsto. No hacerlo podría dar lugar a graves impuestos especiales tanto para la fundación como para los administradores de la misma.

Como organización denominada 501(c)(3), el dinero o los bienes donados a tu fundación podrían darte el derecho (o a cualquier otro donante) a recibir una deducción del impuesto sobre la renta federal. Para ser elegible de recibir dicha deducción, debes desglosar las deducciones en tu declaración del impuesto sobre la renta federal. También hay límites con respecto a qué parte de una contribución se puede deducir (se explica a continuación).

Desde luego, la fundación debe presentar una declaración de impuestos anual usando el formulario 990-PF. Este formulario está sujeto a inspección por parte del público (y muchos sitios web los ponen a disposición del público). Esta declaración de impuestos enumera información referente a las finanzas, los administradores (y sus salarios), la distribución de subvenciones y los donantes de la fundación.

¿Por qué debo hacer esto?

Una fundación privada es una manera de hacer donaciones a organizaciones benéficas que deseas apoyar en el presente y en el futuro. Si donas a una fundación privada en el presente, puedes reservar montos que los administradores de la fundación, que quizás sean tú y tu familia, pueden invertir para donaciones futuras a organizaciones benéficas. Si tú y tu familia son los administradores de la fundación, ustedes controlan cuáles son las entidades benéficas que recibirán las subvenciones de la fundación y cuándo dichas entidades benéficas recibirán esas donaciones. También puedes determinar las condiciones que rigen el uso que el beneficiario da a esas donaciones.

Si presentas un detalle de deducciones para fines del impuesto sobre la renta federal, el IRC te puede permitir realizar una deducción del ingreso bruto ajustado (AGI, por sus siglas en inglés) al calcular ingresos sujetos a gravámenes para las donaciones hechas a organizaciones benéficas. Tu capacidad para deducir el monto que donas a la organización benéfica se puede ver limitada según el tipo de organización benéfica que reciba tu donación, el monto de tu AGI y el tipo de bienes (incluyendo dinero en efectivo) que estás donando. En general, existen límites más altos para que se realicen las donaciones a organizaciones benéficas públicas y límites menores para las donaciones hechas a fundaciones privadas. Por ejemplo, si haces una donación de dinero en efectivo a una fundación privada, puedes deducir hasta el 30 % de tu ingreso bruto ajustado (Adjusted Gross Income, AGI) en tu declaración del impuesto sobre la renta federal para el año en que se realizó la donación. Se aplica un límite inferior del 20 % del AGI si donas bienes de ganancias de capital. La deducción benéfica del impuesto sobre la renta por lo general se basa en el valor de los bienes donados a la fundación. Las donaciones de dinero en efectivo y títulos que cotizan en bolsa se basan en su valor de mercado justo en la fecha en que se realice la donación. Se aplica una excepción a las donaciones de títulos que no cotizan en bolsa. El valor de la deducción con respecto a una donación de títulos que no cotizan en bolsa por lo general se basa en el costo de impuestos de dichos bienes. Debes consultar a tu asesor de impuestos para determinar el impacto fiscal en tus circunstancias particulares.

Hacer donaciones a una fundación puede permitirte recibir una deducción del impuesto sobre la renta hoy para donaciones a organizaciones benéficas en el futuro.

Por ejemplo, supongamos que quisieras recibir una deducción del impuesto sobre la renta adicional este año. Para obtener una deducción, tú quieres hacer una donación a una organización benéfica, pero aún no sabes cuál es la que debería recibir tus donaciones. Podrías donar dinero en efectivo o bienes a una fundación este año y, hasta los límites del IRC, recibir una deducción para la donación en tu declaración de impuesto sobre la renta de este año. En años posteriores, una vez que hayas determinado cuáles entidades benéficas deben recibir tus donaciones, si eres el administrador de la fundación, dispondrías que tu fundación otorgue subvenciones a esas entidades benéficas.

Otra característica atractiva de las fundaciones privadas es la posibilidad de involucrar a los familiares en tu programa filantrópico general. Muchas familias incluyen a sus hijos y demás descendientes como administradores de la fundación. De esta manera, las generaciones jóvenes pueden aprender sobre inversiones, elaboración de presupuestos, gobierno organizacional y temas similares sin tener acceso al patrimonio total de la familia. Además, incluir familiares en la operación de la fundación ofrece a toda la familia la oportunidad de trabajar en conjunto mientras la generación mayor sigue viva, así como cuando la generación mayor haya fallecido. Quizás lo que es más importante, es que una familia puede tener una visión y una misión benéficas cuando menos para una parte de su patrimonio. Una fundación privada permite que toda la familia conozca y se involucre de cerca en esta misión y la amplíe como legado familiar durante el transcurso de muchas generaciones.

¿Cuáles son las desventajas?

Una fundación privada es una estructura formal, como un fideicomiso o una corporación, que necesita un abogado para su creación y para solicitar la calificación como entidad exenta de impuestos. Además, la fundación debe mantener contratados los servicios de un contador para garantizar que mantenga registros financieros adecuados y presente las declaraciones de impuestos correspondientes. Por otro lado, los fiscales generales de algunos estados exigen que las fundaciones privadas presenten un informe en sus oficinas. Por consiguiente, existen costos profesionales que son necesarios para crear y mantener una fundación que otros instrumentos benéficos privados, como los fondos designados por los donantes, no tienen. Los elevados honorarios profesionales que implica crear y mantener una fundación privada pueden indicar que la contribución inicial realizada a la fundación es considerable.

La declaración de impuestos de una fundación privada está sujeta a inspecciones públicas. De hecho, hay muchos sitios web que publican las declaraciones de las fundaciones privadas. Una gran cantidad de información referente a la fundación está a disposición del público, incluidos los nombres y las direcciones de los administradores de la fundación y sus salarios, los nombres y las direcciones de los grandes donantes y el monto de sus contribuciones, y las subvenciones otorgadas por la fundación a otras organizaciones benéficas.

Una fundación privada está sujeta a muchas reglas que tienen la finalidad de prevenir el abuso. Existen reglas que previenen las transacciones en beneficio propio, así como reglas que requieren distribuciones anuales, prohíben inversiones en cosas que podrían poner en riesgo el objetivo benéfico de la fundación, requiriendo responsabilidad de gastos en cuanto a las donaciones realizadas a entidades benéficas que no son públicas, y que prohíben la actividad política. La violación de cualquiera de estas reglas podría provocar que la fundación y los administradores de la misma estén sujetos a onerosos impuestos especiales.

Sujeto a excepciones limitadas, ni tú y ni tus familiares pueden recibir un beneficio personal proveniente de tu fundación privada. Una excepción es el pago de una remuneración razonable por los servicios prestados a la fundación. Según el IRS, “El hecho de que una fundación privada pague una remuneración o reembolse gastos a una persona descalificada por lo general implica una transacción en beneficio propio. Sin embargo, la regla general no se aplica en la medida en que los pagos, que no deben ser excesivos, sean por concepto de servicios personales que resulten necesarios y razonables para llevar a cabo los objetivos exentos de la fundación. Por lo tanto, el hecho de que una fundación privada pague una remuneración razonable a un administrador de la fundación que es un asesor de inversiones, para la administración de la cartera de inversión de la fundación privada, no implica una transacción en beneficio propio. Además, pagar una remuneración razonable a los fideicomisarios de un fideicomiso no constituiría una transacción en beneficio propio, ya que sus servicios son necesarios”.

Por lo general, una fundación privada debe distribuir cuando menos el 5 % de su valor cada año. No hacerlo podría dar lugar a la imposición de onerosos impuestos especiales para la fundación y para el administrador de la misma. Si quieres que tu fundación ofrezca becas, debe haber criterios establecidos para su otorgamiento que sean aprobados con antelación por el IRS.

¿Debería hacerlo?

Una fundación privada puede ser una buena manera para crear un programa de donaciones a entidades benéficas y también puede permitirte recibir beneficios fiscales. Además, puede ser una manera para que dejes un legado benéfico para que las generaciones futuras lo conserven y cumplan. Como se describió anteriormente, existen límites, pero con una fundación privada puedes controlar la inversión y la distribución de los fondos de la fundación.

Como con cualquier estrategia de impuestos y donaciones, debes consultar con tu abogado, contador u otros asesores de impuestos para determinar si una fundación privada es la estrategia de donaciones adecuada para ti.

Para obtener más información sobre las fundaciones privadas, por favor, ponte en contacto con tu equipo de PNC Private Bank. Nos encantaría discutir contigo y con tus asesores si una fundación privada es adecuada para ti.

Para obtener más información, por favor, ponte en contacto con tu asesor de PNC Private Bank Hawthorn.