Si tienes planes de solicitar dinero prestado para ayudar a pagar la universidad, formas parte de la mayoría: Una investigación realizada por U.S. News & World Report[1] indica que aproximadamente el 64 % de los estudiantes universitarios tienen deudas al graduarse por un monto aproximado de $30,000 por estudiante. Si bien solicitar un préstamo puede ser una necesidad para ti debido al costo actual de la educación, puedes implementar medidas para mantener tu deuda total en un nivel manejable.

La regla de oro cuando los estudiantes solicitan un préstamo es la siguiente: solo solicita prestado lo absolutamente necesario. Estos consejos tienen la finalidad de ayudarte a minimizar el monto que quizás necesites solicitar prestado y explorar tus opciones de préstamo de manera inteligente:

Establece un límite superior. Determina un techo de deuda y cíñete a este. Como regla general, no debes, durante el transcurso de tu carrera universitaria, solicitar prestado más de lo que esperas ganar el primer año después de graduarte. Investiga los salarios para el puesto que pretendes ocupar para que tengas una idea de lo que puedes esperar ganar. Aunque no presenta un desglose de los salarios promedio por zona geográfica (puede haber variaciones regionales considerables), puedes empezar consultando la tabla “Labor Market Outcomes of College Graduates by Major” (Resultados del mercado laboral para egresados universitarios por área de especialización) del Banco de la Reserva Federal de Nueva York.

Mantén un registro actualizado de los préstamos que contrates cada año escolar para llevar un control de tus deudas acumuladas. Si ves que el total aumenta más rápido de lo previsto, debes emprender medidas para retomar el rumbo. 

Elige tu universidad de manera inteligente. Los costos de asistir a la universidad pueden variar en gran medida entre una universidad y otra. Investiga el costo de la matrícula, alojamiento y comida, cargos, transporte y demás costos, así como los tipos de subvenciones, becas y otros tipos de ayuda que las universidades pueden ofrecer. En general, los estudiantes que asisten a universidades públicas en su estado suelen terminar con una deuda estudiantil menor, aunque hay excepciones. Por ejemplo, algunas universidades de élite sustituyen los préstamos por subvenciones en sus paquetes de ayuda financiera para reducir el monto de la deuda contraída por los estudiantes.

Fortalece tu situación financiera. Cuanto más dinero tengas actualmente para tu educación, menos dinero prestado tendrás que solicitar. A continuación, te presentamos algunas formas para reforzar tu bienestar financiero.

  • Abre una cuenta de ahorros o un plan de ahorros universitario. Si aún tienes tiempo para ahorrar para la universidad, considera guardar lo más posible en una cuenta de ahorros o en un plan de ahorros 529 con ventajas fiscales
  • Consigue un trabajo a tiempo parcial. Los ingresos regulares pueden ayudarte a administrar los costos de educación y manutención. Sin embargo, ten en cuenta que la cantidad de dinero que ganes podría afectar la cantidad de ayuda financiera para la que puedas calificar. Para el año escolar 2020-2021, un estudiante puede ganar hasta $6,840 (lo que incluye el trabajo estudiantil y cualquier otro ingreso laboral) sin que dichos ingresos se incluyan en el cálculo de los ingresos familiares. El cincuenta por ciento de los ingresos que superen dicho límite se agregan al total de los ingresos familiares.[2]
  • Vive una vida austera mientras estudias en la universidad. Reduce gastos en la medida de lo posible y siempre hazte esta pregunta: “¿es esto algo que NECESITO o algo que QUIERO?” Averigua cuánto podrías ahorrar al vivir con compañeros de piso fuera del campus, si es que tienes esa opción. O bien, si queda cerca, considera vivir en casa para reducir los gastos de manutención. 
  • Integra los pagos de matrícula regulares en tu presupuesto. Si pagas sobre la marcha, puedes reducir tus costos a largo plazo. Muchas universidades ofrecen planes de pagos a plazos de matrícula que te permiten realizar pagos mensuales. Es posible que cobren un cargo nominal, pero no acumularás intereses como sucedería con un préstamo.

Solicita becas. Las becas son “dinero gratis”, es decir, dinero otorgado por una universidad, organización, empresa, persona, etc. que no se tiene que pagar. Investiga las oportunidades de becas y solicita todas las que puedas. 

Presenta una FAFSA® - a partir del 1ro de octubre de cada año. Completar y presentar la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés) en el sitio studentaid.gov te ayudará a descubrir el monto de ayuda financiera federal (como subvenciones, préstamos estudiantiles y trabajo estudiantil) para la que puedes calificar. Las subvenciones son dinero que no tienes que pagar, y el trabajo estudiantil te da la oportunidad de ganar dinero para destinarlo a tu educación. Los préstamos federales para estudiantes pueden ofrecer tasas de interés más bajas y opciones de pago más flexibles que los préstamos privados. 

Evalúa los préstamos educativos privados. Si las subvenciones y los préstamos estatales y federales no cubren tus necesidades financieras, puedes considerar un préstamo estudiantil privado de un banco, cooperativa de ahorro u otro prestamista. Busca los mejores términos posibles al comparar las tasas de interés, la APR, la duración y las opciones de pago, y solicita prestado solo lo que necesites. 

Una vez que hayas contratado un préstamo, del tipo que sea, intenta hacer pagos solo sobre los intereses o pagos mensuales completos mientras estudias en la universidad para que tu deuda no siga aumentando debido a los intereses acumulados. Mantener tu deuda bajo control te puede ayudar a reducir la carga a la que te enfrentarás una vez que te gradúes.