La gestión de metas financieras contrapuestas es un desafío que muchas personas enfrentan con demasiada frecuencia. Específicamente, equilibrar la necesidad de invertir para la jubilación propia junto con otras metas, como ahorrar para la educación universitaria de un hijo, puede conducir a preguntas difíciles como las siguientes:

  • ¿Cuánto debo contribuir a cada meta?
  • ¿Debo priorizar una meta respecto de la otra?
  • ¿Qué debo hacer si solo puedo permitirme enfocarme en una meta en un momento dado?

Si bien la idea de equilibrar estas metas contrapuestas puede causar ansiedad, no te preocupes. A continuación se presentan cuatro pasos que puedes seguir para ayudarte a permanecer en curso mientras trabajas para alcanzar ambas metas.

Y recuerda, invertir desde una edad temprana en tu jubilación, especialmente antes de tener hijos, puede ayudarte a maximizar ganancias compuestas y darte un buen empujón para alcanzar tus metas.

Paso 1: ¿Cuál será el costo?

En lo concerniente a la jubilación, comienza por evaluar cuidadosamente la cantidad de dinero que tendrás que guardar. Hazte preguntas como:

  • ¿Cuánto tiempo tengo hasta que razonablemente pueda jubilarme?
  • ¿Cuál es mi visión personal de la jubilación?
  • ¿Cuánto ingreso necesitaré cuando me jubile? Como regla general, es probable que debas sustituir aproximadamente el 70 % de los ingresos que ganaste durante tu último año trabajando.

A continuación, calcula el costo esperado de la educación de tu hijo o nieto.

  • ¿Cuánto tiempo tienes hasta que se inscriba en la universidad?
  • ¿Cuáles son los costos esperados? El costo promedio anual de asistir a una universidad pública con carreras de cuatro años es de más de $26,000 y el costo promedio de asistir a una universidad privada con carreras de cuatro años es de más de $54,000 ($54,501).[1]

Paso 2: Priorice

Una vez que sepas los costos de tu visión para la jubilación y para la educación universitaria de tu hijo o nieto, puedes revisar tu presupuesto y determinar cuánto puedes permitirte invertir, razonablemente, en cada meta.

Sin embargo, he aquí una recomendación:

Si estás considerando reducir tus contribuciones para la jubilación a favor de ahorrar más para la universidad, no lo hagas. Siempre puedes pedir un préstamo para la universidad, pero no puedes hacer lo mismo para la jubilación.

Además, si estás contribuyendo a un plan de jubilación patrocinado por el empleador [como un plan 401(k)] que ofrece contribuciones adicionales a las del empleado, asegúrate de contribuir lo suficiente como para aprovechar la equivalencia total; de otra forma dejarás dinero gratis sobre la mesa.

También puede ser útil explorar la apertura de una cuenta IRA Roth, en caso de ser elegible, como un posible medio para ayudar a alcanzar ambas metas.

Paso 3: Pasos pequeños

También es importante no dejar que los números te abrumen. Aún si solo puedes aportar una pequeña cantidad mensual, cada dólar suma. Por ejemplo, si invirtiera $50 al mes durante 18 años en una cuenta con una tasa de rentabilidad del 7 %[2], tendría unos $22,015 reservados para cuando su hijo inicie la universidad. Puede que no sea suficiente para cubrir el costo total de la educación universitaria, pero ciertamente le brinda a tu hijo o nieto una base sólida de dónde partir.

Paso 4: Aprovecha los vehículos de ahorros en educación

Cuando se trata de ahorrar para la universidad, la cuenta que se utiliza con más frecuencia se llama plan 529. Un plan 529 es un vehículo de inversión con ventajas fiscales que incluyen:

  • Potencial de crecimiento con impuestos diferidos.
  • Puede utilizarse para cubrir gastos educativos elegibles (sin límite anual) en la mayoría de institutos y universidades acreditadas.
  • También puede utilizarse para cubrir costos de matrícula en escuelas tanto de primaria como de secundaria, públicas y privadas (desde el jardín de niños hasta el 12° grado).
  • Hay un límite anual de $10,000 cuando se utiliza un plan 529 para pagar gastos de matrícula desde el jardín de niños hasta el 12° grado.
  • Los retiros calificados no están sujetos a impuestos sobre la renta federales (y algunos estatales).
  • La opción de cambiar al beneficiario del plan en cualquier momento.
  • La oportunidad de hacer contribuciones máximas considerables (por encima de los $300,000 por beneficiario en muchos planes estatales).

Si tienes alguna duda, busca ayuda de un profesional

Para muchos, la financiación de la educación universitaria de un hijo es una prioridad importante. Sin embargo, es importante no hacerlo a costa de tus propios activos de jubilación. PNC Investments puede ayudarle a gestionar y priorizar sus distintas metas financieras.

 

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