Scott estaba cruzando la línea de meta en la compra de su primera vivienda. Su inspección de la vivienda se había completado; los fondos de cierre se habían transferido a una compañía de liquidación fuera del estado; y un recorrido final mostraba que su nueva vivienda estaba lista para mudarse.

Sin embargo, en lugar de instalarse en su nuevo hogar, Scott perdió más de $55,000; fue víctima de una estafa de transferencia bancaria de una compañía de liquidación falsa. Scott es ficticio, pero la estafa es real y su historia es una en la que PNC Bank trabaja para evitar que los clientes experimenten todos los días.

Rápidas, definitivas y más seguras

Las transferencias de dinero, que datan de finales del siglo XIX (cuando se transmitían a través del cable telegráfico), son una manera popular en la que los consumidores envían grandes cantidades de dinero a un destinatario individual o empresarial. Son formas de pago populares cuando se cierran transacciones de bienes raíces, se realizan compras de automóviles, se pagan honorarios legales o se envía dinero internacionalmente.

Hoy más conocidas como “transferencias de fondos electrónicas”, los consumidores valoran las transferencias de dinero porque tienen las siguientes características:

Rápidas: los fondos generalmente están disponibles en cuestión de horas; 

Finales: una vez que los fondos se depositan en la cuenta del destinatario, están disponibles para su uso y no se pueden revocar;

Más seguras: las transferencias se mueven a través de una red segura y, con mayor frecuencia, tienen un elemento humano de análisis para la prevención de fraude que actúa como una segunda línea de defensa.

La analista Vickie Peck forma parte de esa segunda línea de defensa para los clientes de PNC. Peck y sus compañeros de equipo en el control interno de sucursales de PNC realizan revisiones de fraude para todas las transferencias de dinero iniciadas en las sucursales de PNC. Validan a los destinatarios, revisan los historiales de cuentas y evalúan el uso previsto de una transferencia para determinar el riesgo de fraude. Si se descubren indicadores de fraude, el equipo realiza otros seguimientos con el remitente y el destinatario.

“En la mayoría extrema de los casos, no hay señales de advertencia que nos impidan efectuar una transferencia”, expresó Peck.

Realmente buscamos esa aguja en el pajar para proteger a nuestros clientes y al banco.

Amenaza rara, pero real

Aunque es raro, los casos de fraude de transferencia de dinero no son insignificantes. Hasta finales de junio, el Grupo de Control Interno de PNC impidió más de 400 casos de fraude de transferencia de fondos y evitó más de $12 millones en pérdidas para el banco y sus clientes.

Muchos casos de fraude provienen de un remitente o destinatario con una cuenta de correo electrónico afectada que se hace pasar por un socio comercial de confianza que necesita dinero. Conocida como “vulneración del acorreo electrónico empresarial”, la creciente amenaza provocó una advertencia de la Oficina Federal de Investigación en mayo y la denominó “estafa de $5,000 millones”. Además, los estafadores que se hacen pasar por parientes fallecidos hace mucho que prometen una herencia, un interés amoroso remoto que necesita dinero en efectivo o una compañía de títulos falsa pueden suponer un riesgo para los consumidores bien intencionados.

A pesar de los riesgos, Peck expresó que hay medidas simples que los consumidores pueden adoptar antes de ejecutar una transferencia de dinero para mantenerse más protegidos de los estafadores:

  • Verifica que lo que estás pagando sea real: cuando realizas una compra grande con fondos transferidos, es importante saber que el artículo o los bienes raíces existan más allá de solo una foto en Internet. Confirma en persona o con un tercero de confianza que lo que estás pagando será realmente tuyo.
  • No te apresures a iniciar una transferencia: puesto que las transferencias de dinero son irrevocables, los estafadores se ven incentivados a hacer que actúes rápidamente. No te dejes apresurar por un destinatario que insiste en un plazo urgente o poco realista.
  • Conoce con quién estás tratando: en algunos casos, los estafadores gastarán mucho tiempo y esfuerzo desarrollando relaciones con las víctimas, sólo para obtener un pago grande. Asegúrate de que la persona con la que estás trabajando tenga un producto legítimo y que sea la persona adecuada para recibir el pago.

“Esta es una situación difícil porque las víctimas, a menudo, sienten como si conocieran [al estafador]”, expresó Peck. “Es una conversación difícil de tener porque, en algunos casos, estás acabando con el sueño de alguien cuando le dices que está siendo estafado”.  

  • No trates solo por correo electrónico: si el destinatario de la transferencia no está disponible para hablar por teléfono o en persona, hay una buena probabilidad de que no sea legítimo. Insiste en tener una conversación fuera del correo electrónico antes de transferir fondos.
  • No permitas que te den indicaciones: si un destinatario te pide que envíes fondos a un intermediario o te da indicaciones sobre cómo responder las preguntas de un analista de prevención de fraudes, existe la posibilidad de que tenga algo que ocultar.

“Estas personas son expertas en lo que hacen porque han creado un trabajo de tiempo completo en torno a estafar a la gente para obtener su dinero”, expresó Peck. “Si tus interacciones no te resultan cómodas, investiga más para asegurarte de que estés tratando con una persona legítima”.

Al adoptar unas pocas medidas adicionales, los consumidores pueden disfrutar la entrega rápida y segura que ofrecen las transferencias electrónicas y evitar que la situación ficticia de Scott se convierta en una realidad personal.