Después de haber dedicado más de 20 años al mundo corporativo dirigiendo equipos de ventas nacionales, impulsando la estrategia global y sirviendo como mentora y coach de líderes emergentes y líderes en evolución, Nallely Gass tomó la decisión de establecer su propia empresa de desarrollo profesional, Elevar Professional Development, en el 2019.

“La palabra ‘elevar’ tiene varios sinónimos, entre ellos, ‘enaltecer’. Creo que cada persona tiene dentro de sí lo que necesita para lograr el éxito. Quizás solo necesitan que alguien les ayude encontrarlo”, explica Gass. “Somos afinadores de alto rendimiento: Trabajamos con emprendedores y ejecutivos que se encuentran establecidos en sus puestos o que buscan su próxima oportunidad de carrera. Dependiendo de sus metas, les ayudamos a perfeccionar sus habilidades profesionales, entender lo que quieren, identificar sus valores, alinearse con sus prioridades, desarrollar su confianza o averiguar cómo dirigir sus equipos de una forma más eficaz”.

¿Qué fue lo que te inspiró a establecer Elevar Professional Development?

Creé la compañía después de que uno de mis amigos, quien es director ejecutivo de una organización sin fines de lucro global me dijera, “tú siempre estás asesorándome y dándome consejos. Debes crear tu propia compañía y hacer eso para otros ejecutivos”. Me hizo pensar: Siempre me ha apasionado ayudar a que los demás se desarrollen y se conviertan en la mejor versión de sí. Decidí dar ese salto de confianza. Parte de la razón es que a menudo he formado parte de paneles de latinas, madres o mujeres en general, y creo que siempre hemos sentido presión para llegar a la cúspide del logro profesional y personal definido por alguien más. En un momento crucial, recuerdo que pensé, no. Yo soy quien decide a qué nivel quiero llegar. Yo soy quien decide lo que el equilibrio entre la vida y el trabajo significa para mí. Quería ayudar a inspirar y empoderar a otros para que también se sintieran de esa manera y tomaran el control de su propio destino. La idea de poder hacer eso a tiempo completo, como un trabajo, me motivó a establecer Elevar.

¿Qué distingue a tu empresa?  

Somos un equipo de tres mujeres de color que compartimos experiencia en una gama de disciplinas y tenemos muchas experiencias personales que nos ayudan a empatizar con los demás. Por ejemplo, yo soy mexicana, soy mujer, soy mamá y he trabajado en el sector corporativo estadounidense, así que me puedo identificar con los desafíos que se relacionan con estar en cualquiera de estos puestos. Cuando buscamos a alguien que nos ayude, puede ser muy bueno encontrar alguien que ya haya tenido esa experiencia.

¿En quién confías para el asesoramiento empresarial?

En todas las corporaciones en las que he trabajado, había un equipo de finanzas. Cuando empecé a trabajar por mi cuenta, necesitaba establecer mi propio equipo de finanzas. Así que contraté un muy buen contador para pequeñas empresas, el cual me ayuda con mis impuestos y contabilidad, y me uní a PNC, donde cuento con un increíble banquero empresarial especializado. Nos ha preparado con soluciones de facturación y administración de pagos con tarjetas de crédito, y hace que la realización de las tareas financieras que antes me daban miedo sea rápida. Como emprendedor, tienes que enfocarte en hacer lo que sabes hacer mejor y encontrar a personas en quienes confíes para que te brinden el apoyo especializado que necesites.

¿Cómo visualizas el futuro de tu compañía?

Tengo la visión de que esta compañía crezca del lado de los líderes empresariales a quienes asesoramos, así como ampliar nuestra presencia a través de las remisiones de empleados satisfechos. Tenemos planes de continuar desarrollando nuestros contratos corporativos, crear más talleres, llegar a un mayor número de personas y generar una ola de positividad y confianza entre todas las personas con quienes tengamos contacto.

¿Qué es para ti lo más gratificante de ser un emprendedor?

Crecí en un hogar de padres inmigrantes que trabajaban en fábricas (en ocasiones mi papá tenía dos o tres empleos a la vez). Recuerdo lo especial que eran los días cuando mi mamá pasaba a buscarme a la escuela, así que, cuando me convertí en emprendedora, sabía que quería pasar a buscar a mis hijos todos los días a la escuela. Sin importar lo que haga durante la jornada laboral, a las 3 p. m. estoy en frente de su escuela, esperando para llevarlos a casa y pasar tiempo con ellos. Si eso significa que tengo que trabajar más tarde por la noche, que así sea. Una parte de dar una mejor vida a nuestros hijos es compartiendo nuestro tiempo con ellos. Ser emprendedora me permite hacerlo.

¿Qué consejo darías a los aspirantes a emprendedores?

Háganlo. No tengas miedo a fracasar. Cuando las personas titubean para tomar acción con respecto a su sueño de convertirse en un emprendedor, les pregunto a qué se dedicaban antes. “Esa es tu red de seguridad”, les digo. “Siempre puedes regresar a eso si es necesario”. Es necesario que cambiemos la mentalidad de que dar un paso atrás significa fracasar. Si pudieras continuar con tu carrera exitosa al regresar a lo que solías hacer, eso no es fracasar. Más bien, demuestra que has establecido una comunidad y una trayectoria profesional que resiste a la prueba del tiempo. Ese es un don. Mi abuelo decía, “si vas a Las Vegas, las personas que tienen miedo al hacer apuestas son los que siempre pierden”. Lo mismo se aplica a las empresas: Si empiezas con miedo, este puede abrumarte. Se necesita cierto tipo de gusto para empezar tu propia compañía. Permite que ese gusto te ayude a sobrellevarlo, al saber que simplemente al hacerlo hiciste algo que la mayoría de las personas jamás lograrán.