Cada año, una tercera parte de todos los alimentos del mundo se pierden[1] antes de llegar al mercado. Esto ocurre por la pérdida de alimentos, es decir, alimentos que se dañan al ser trasladados desde la granja a través de la cadena de suministro, y por el desperdicio de alimentos, es decir, alimentos comestibles que son desechados por los comerciantes minoristas o los consumidores. Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas, si se revirtiera esta tendencia se ahorrarían suficientes alimentos para alimentar a 2 mil millones de personas[2].

La industria de alimentos se encuentra en una posición única no solo para satisfacer las necesidades de la población mundial en crecimiento, la cual se estima que alcanzará los 9,700 millones de habitantes en el 2050, sino para ofrecer respuestas con respecto a cómo reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos. Cuando la pandemia de Covid-19 azotó, la industria de alimentos se vio afectada enormemente. La producción se detuvo en muchas compañías, lo que generó escasez, cambios en la demanda y, desde luego, problemas en la cadena de suministro.

Ahora que la fabricación ha vuelto casi a la normalidad, las compañías de alimentos y bebidas pueden tomar las lecciones que aprendieron durante la pandemia y aplicarlas para volverse más eficientes y sensibles a las necesidades del cliente. Este es un punto particularmente importante debido a que los propietarios de pequeñas empresas consideran que los eventos geopolíticos y la inflación son nuevos desafíos que tienen el potencial de alterar los negocios una vez más y generar desequilibrios entre la oferta y la demanda.

Debido a que los proveedores de alimentos han aumentado la producción para satisfacer la creciente demanda, tanto de las tiendas de comestibles como de los restaurantes, están enfrentando varios obstáculos. La invasión rusa de Ucrania a principios del año se presentó en un momento en el que los precios mundiales de los alimentos y la energía ya eran altos[3]. Durante los últimos 18 meses, los precios del trigo han aumentado casi un 110 %, los precios del aceite de maíz y de los aceites vegetales han aumentado un 140 % y los precios de la soya han aumentado un 90 %. De hecho, Ucrania se ubica entre los principales 10 productores de semillas de girasol, maíz y trigo. Estos precios más altos con el tiempo aumentan los costos para las compañías de alimentos más pequeñas.

En lugar de esperar a que la demanda disminuya o los precios se estabilicen, las compañías pequeñas de alimentos deberían asumir una perspectiva más amplia de las tendencias de la industria. Esto les permite mantener un mejor equilibrio de la oferta con respecto a la demanda, disminuir el desperdicio y reducir la necesidad de buscar otros proveedores si se presentan retrasos en la oferta.

Otra tendencia importante que se está desarrollando actualmente para las compañías de alimentos y bebidas es lo segmentados que se han vuelto los gustos de los consumidores. Incluso antes de que la pandemia cerrara la mayoría de los restaurantes, obligando a las familias a cocinar más en casa, las categorías importantes como los lácteos y los cárnicos estaban experimentando cambios en cuanto al consumo. Al mismo tiempo, creció la popularidad de las dietas libres de gluten, vegetarianas y veganas. Esto presenta una oportunidad para que las compañías más pequeñas de alimentos y bebidas aprovechen estas tendencias para apostar por nuevas áreas en el crecimiento de las ventas.

A medida que los acontecimientos mundiales, la inflación y las preferencias cambiantes del consumidor siguen afectando a la industria de alimentos, las compañías se enfrentan al desafío y a la oportunidad de adaptarse. Al mantener la flexibilidad y estar dispuestas a probar nuevas maneras de trabajar, las empresas pequeñas de alimentos y bebidas pueden sortear las inevitables oleadas de cambio al mismo tiempo que se abren camino en nuevas líneas de negocio potencialmente rentables. Esa es una manera más sustentable de operar que es buena tanto para la empresa como para el planeta.