Todas las personas que hayan cumplido la mayoría de edad deben tener un plan de bienes. Un plan de bienes puede lograr muchas cosas. Desde luego, su plan de bienes puede dirigir la disposición de su patrimonio tras su fallecimiento. Sin embargo, también puede ayudar a organizar la administración de sus decisiones financieras y de atención médica durante su vida en caso de que quede incapacitado.
Las maneras comunes de transferir los bienes tras el fallecimiento incluyen la última voluntad y testamento, las designaciones de beneficiarios y la titularidad conjunta con derecho de supervivencia. Los poderes notariales y los testamentos en vida contienen las autorizaciones para la administración financiera y de atención médica. La integración de fideicomisos en su plan de bienes puede impulsar sus metas cuando de administrar y disponer de su patrimonio se trata. Este artículo explorará algunas de las razones por las que las personas usan fideicomisos en sus planes, así como los beneficios de hacerlo.
¿Qué es un fideicomiso?
Al tener su origen en el derecho consuetudinario inglés, los fideicomisos se han utilizado durante siglos para la administración del patrimonio. Básicamente, un fideicomiso es una forma de titularidad patrimonial que separa la propiedad legal de la propiedad beneficiaria. 1El instrumento que crea un fideicomiso nombra a un fiduciario como el titular legal de los activos mientras que designa a uno o más beneficiarios que tendrán los beneficios de la propiedad en fideicomiso. La persona que creó el fideicomiso y transfirió los activos al fideicomisario se conoce como el otorgante o el fideicomitente (para facilitar la referencia, se le denominará fideicomitente). El fideicomitente establece las condiciones y las reglas para la utilización de la propiedad en posesión del fideicomisario. El fideicomisario ejecuta las instrucciones del fideicomitente en beneficio de los beneficiarios del fideicomiso.
Los fideicomisos generan derechos sobre el patrimonio. Salvo excepciones limitadas, la ley estatal2 rige el interés con fundamento legal sobre el patrimonio y los derechos de titularidad. 3 En muchos casos, el fideicomitente de un fideicomiso puede seleccionar la ley vigente por la que se regirá el fideicomiso. 4 Sin embargo, con la finalidad de asegurar que se respete la selección, en particular a los efectos fiscales, es importante que el fideicomiso tenga alguna conexión con el estado cuyas leyes lo regirán (lo que se conoce como vínculo). Lo opuesto también aplica, por lo que resulta necesario evitar tener un vínculo con el estado para evitar que un estado ejerza su jurisdicción sobre un fideicomiso. 5
Tipos de fideicomisos: tributación
Existen muchas razones para crear un fideicomiso. Los términos del fideicomiso se adaptarán a su propósito y tendrán un impacto sobre su tributación. Los Estados Unidos y muchos estados de forma individual cobran impuestos sobre los ingresos a los fideicomisos y los beneficiarios de estos. Además, Estados Unidos cobra impuestos sobre las donaciones, los bienes y de transferencia transgeneracional (GST), que son impuestos indirectos sobre la transferencia del patrimonio tras el fallecimiento o en vida mediante donación (para facilitar la referencia, se les denominará colectivamente impuestos sobre la transferencia). Muchos estados también cobran impuestos sobre los bienes y la sucesión, y Connecticut es el único estado que cobra el impuesto sobre las donaciones. 6
Toda persona que haya presentado una declaración de impuesto sobre los ingresos sabe lo complicado que pueden ser los impuestos. La tributación de un fideicomiso no es diferente. A continuación, y para fines fiscales, se presentan algunos de los términos generales que se utilizan para describir los diferentes tipos de fideicomisos. Por cuestiones de necesidad, las siguientes definiciones son de carácter amplio y general. No obstante, sus asesores fiscales y de planificación patrimonial pueden proporcionarle una descripción detallada** sobre cómo los diferentes tipos de fideicomisos podrían ajustarse a su plan.
- Fideicomiso otorgante: Un “fideicomiso otorgante” es un fideicomiso respecto del cual el fideicomitente (o, en casos limitados, un beneficiario) se ha reservado una facultad o un beneficio que provoca que el fideicomitente (o el beneficiario) sea considerado propietario de los activos del fideicomiso a efectos del impuesto federal sobre la renta, aunque no lo sea jurídicamente. Como resultado, el fideicomitente pagará el impuesto federal sobre los ingresos por los ingresos generados por los activos del fideicomiso, aunque los activos sean propiedad del fideicomisario (y no del fideicomitente). En los estados que basan su sistema del impuesto sobre los ingresos de forma total o parcial en el sistema federal, es posible que el fideicomitente también deba pagar el impuesto estatal sobre los ingresos correspondiente a los ingresos del fideicomiso. 7
- Fideicomiso no otorgante: Un fideicomiso no otorgante es un fideicomiso que no es un fideicomiso otorgante y es un contribuyente separado.
- Fideicomiso de donación completada: Un fideicomiso de donación completada (coloquialismo para facilitar la referencia) es un fideicomiso que ha recibido la transferencia gratuita de un activo, el cual representa una donación sujeta al sistema del impuesto federal sobre donaciones (aunque la aplicación de determinadas deducciones y exclusiones puede dar lugar a que no se adeude el impuesto sobre donaciones). Para que se considere una donación completada, el fideicomitente cede el derecho de controlar la utilización o el disfrute de los bienes. 8 Usualmente, un fideicomiso de donación completada se estructura de modo que, tras el fallecimiento del fideicomitente, ningún valor del fideicomiso se incluya en su patrimonio bruto, a fin de evitar que esté sujeto al impuesto sobre sucesiones. Es posible que los términos del fideicomiso provoquen que el valor del fideicomiso esté sujeto al impuesto sucesorio, 9 aunque normalmente esto no es lo que se desea.
- Fideicomiso de donación incompleta: Un fideicomiso de donación incompleta (coloquialismo para facilitar la referencia) es un fideicomiso cuyos términos reservan para su creador la capacidad de modificar el fideicomiso o los beneficiarios de este, o bien, controlar el disfrute de los ingresos o los activos del fideicomiso. Una transferencia gratuita a dicho fideicomiso no se consideraría una donación a los efectos del impuesto sobre donaciones. No obstante, normalmente se aplicaría un impuesto sobre la transferencia cuando se ejerciera o extinguiera la facultad que dio lugar a la donación incompleta.
Cómo utilizar fideicomisos en su plan
Los fideicomisos tienen muchos usos distintos, y no es posible analizarlos todos aquí. No obstante, a continuación, se describen algunos usos comunes que se dan a los fideicomisos en la planificación de bienes.
Administración de la propiedad y cómo evitar la validación testamentaria
La validación testamentaria es el proceso legal mediante el cual la agencia gubernamental o el tribunal competente (según el estado) determina que un documento constituye un testamento válido. En algunos estados, el proceso es rápido y sencillo, mientras que en otros es difícil y demorado. Sin embargo, su testamento únicamente da instrucciones con respecto a la disposición de los bienes que usted posee después de su fallecimiento. Otro patrimonio, tales como las cuentas IRA, los planes de jubilación y los seguros de vida no se rigen por su testamento, sino que se distribuyen de conformidad con la designación de beneficiarios (a menos que la designación de beneficiarios indique que los bienes sean pagados a su patrimonio). Otras propiedades, como una cuenta bancaria o un terreno en copropiedad con derecho de supervivencia, se transfieren directamente al copropietario sobreviviente por ministerio de la ley.
Si usted reside en un estado en el cual el proceso de validación testamentaria es prolongado y difícil, o en el cual se aplica una supervisión rigurosa a la administración de bienes, aportar bienes a un fideicomiso revocable (al conceder el título de propiedad al fideicomisario durante su vida) le permitirá evitar el proceso de validación testamentaria correspondiente a dichos bienes.
Un fideicomiso revocable es exactamente lo que su nombre indica, un fideicomiso que puede ser revocado por el fideicomitente. Si establece un fideicomiso revocable en vida, normalmente usted sería el fideicomisario y beneficiario inicial del fideicomiso. Por lo general, puede disolver el fideicomiso por completo, modificar sus términos y eliminar sus activos. Los términos del contrato de fideicomiso indicarán al fideicomisario lo que puede o debe hacer con cualquier propiedad en posesión del fideicomiso.
Por lo general, cuando usted realiza la transferencia de activos a un fideicomiso revocable, no se producen consecuencias en cuanto al impuesto sobre donaciones porque usted puede revocar el fideicomiso y eliminar los bienes del mismo en cualquier momento. La donación está “incompleta” porque usted mantiene el control de los bienes del fideicomiso. 10
Tras su fallecimiento, el fideicomisario sucesor interviene para administrar el fideicomiso y sus activos en beneficio de los próximos beneficiarios del fideicomiso. Debido a que el fideicomisario sucesor interviene de inmediato tras su fallecimiento, no se produce un retraso como el provocado por el proceso de validación testamentaria y la designación de una albacea para que administre sus bienes. Además, el uso de un fideicomiso revocable puede otorgar una mayor privacidad que la disposición de los bienes a través de un testamento. Un testamento que se admite a la validación testamentaria se convierte en un registro público. Sin embargo, en muchas jurisdicciones no es necesario presentar un fideicomiso revocable ante las autoridades que realizarán la validación testamentaria. En dichos estados, los términos del fideicomiso, los beneficiarios del mismo y la disposición de los bienes a través del fideicomiso mantienen su carácter privado. El fideicomisario seguirá las instrucciones contenidas en el fideicomiso con respecto a la enajenación de sus activos. Es posible que se instruya al fideicomisario para que distribuya los activos restantes en el fideicomiso, con lo que se pone fin al fideicomiso. De manera alternativa, el fideicomiso puede contener disposiciones que instruyan que el fideicomiso continúe, lo que incluye el tiempo que continuará, quiénes serán los beneficiarios y las condiciones para realizar las distribuciones a los beneficiarios. Si el fideicomiso continúa tras el fallecimiento del fideicomitente, se convertirá en un fideicomiso irrevocable.
Otro de los beneficios de usar un fideicomiso revocable es la administración de bienes durante su vida. En caso de que usted quede incapacitado, su fideicomisario sucesor intervendrá para gestionar los bienes del fideicomiso. Esto brinda continuidad en la administración, ya que evita la necesidad de nombrar a un apoderado mediante un poder notarial ante distintos proveedores de servicios financieros o, en ausencia de dicho poder, de designar un custodio para sus bienes mediante una orden judicial.
Cómo planificar el seguro de vida
El seguro de vida es un activo con ventajas fiscales. A los efectos del impuesto sobre los ingresos, el valor en dinero en efectivo que se acumula en una póliza de seguro de vida (si existiera) no está sujeto al impuesto sobre los ingresos. 11 A menos que se apliquen determinadas excepciones, el beneficio por fallecimiento de una póliza de seguro de vida tampoco está sujeto al impuesto federal sobre los ingresos. 12 Si la póliza del seguro de vida es propiedad de una persona distinta al asegurado, si el asegurado no tiene intereses de propiedad en la póliza y si el beneficio por fallecimiento no es pagadero al patrimonio del asegurado, entonces dicho beneficio se pagará libre del impuesto federal sobre el patrimonio. 13
Una forma de evitar que el beneficio por fallecimiento de una póliza de seguro de vida quede sujeto al impuesto sucesorio consiste en disponer que la póliza sea propiedad del fideicomisario de un fideicomiso irrevocable de seguro de vida (ILIT, por sus siglas en inglés). Desde luego, dado que el asegurado no debe tener incidencias de propiedad sobre la póliza, no debe actuar como fideicomisario ni figurar como beneficiario del fideicomiso irrevocable de seguro de vida. Además, el asegurado no debe poseer derecho alguno sobre la póliza del fideicomiso irrevocable de seguro de vida. Si una póliza de seguro de vida es propiedad del fideicomisario de un fideicomiso de seguro de vida debidamente diseñado y administrado, el beneficio por fallecimiento se pagará al fideicomiso sin incurrir en el impuesto sucesorio. Además, a menos que alguna otra facultad ocasione la inclusión del impuesto sucesorio, siempre que el beneficio por fallecimiento (según se invirtió) permanezca en el fideicomiso, tampoco debería estar sujeto al impuesto sucesorio en los bienes de los beneficiarios del fideicomiso.
Para mantener vigente una póliza, su titular debe pagar primas a la compañía aseguradora que emitió la póliza. Transferir dinero en efectivo a un fideicomiso irrevocable de seguro de vida para que el fideicomisario pueda pagar la prima de una póliza, sin más, probablemente se consideraría una donación que posiblemente estaría sujeta al impuesto sobre donaciones. Un fideicomiso irrevocable de seguro de vida se puede diseñar de tal manera que las donaciones de dinero en efectivo que se transfieran al fideicomiso califiquen para la exclusión anual del impuesto sobre donaciones. Para calificar para la exclusión anual, la donación debe ser un interés con fundamento legal actual en una propiedad, lo que significa que el beneficiario puede acceder a la donación de inmediato. 14 Para que una donación a un fideicomiso califique para la exclusión anual, muchos fideicomisos otorgan al beneficiario la facultad de retirar la donación únicamente durante un período de tiempo específico, 15 tras el cual la facultad expira. 16
Un plan en el que las donaciones a un fideicomiso irrevocable de seguro de vida se limitan a los montos de exclusión anual disponibles podría limitar el monto que se puede donar al fideicomiso, lo que a su vez podría limitar el tamaño de la póliza que se puede adquirir. Además, utilizar la totalidad de sus exclusiones anuales para financiar un fideicomiso de seguro de vida provocaría que cualquier otra donación que se realice directamente a los beneficiarios del fideicomiso consuma una parte de su monto de exclusión de por vida, o bien, si ha utilizado la totalidad de su monto de exclusión, se requerirá el pago del impuesto sobre donaciones. Si desea crear un fideicomiso irrevocable de seguro de vida para que contenga una póliza mayor a la que pueden respaldar sus exclusiones anuales, podría considerar usar su monto de exclusión de por vida para el financiamiento previo de un fideicomiso irrevocable de seguro de vida. El fideicomisario podría invertir el monto transferido al fideicomiso irrevocable de seguro de vida y los ingresos y el capital del fideicomiso podrían utilizarse para sufragar las primas de una póliza de seguro de vida. 17
En pocas palabras, es posible que sus beneficiarios reciban un beneficio de dinero en efectivo por fallecimiento libre de impuestos tras su fallecimiento.
Cómo ahorrar en el impuesto sucesorio
El gobierno federal impone un impuesto sucesorio, que funciona como un impuesto indirecto sobre el valor de los activos transferidos al momento del fallecimiento. En 2025, cada ciudadano (y residente) de los Estados Unidos tiene una exclusión del impuesto federal sucesorio de $13,990,000. En 2025, una pareja casada tiene un monto de exclusión combinado de $27,980,000. Si el valor de sus “bienes sujetos a impuestos” supera la exclusión del impuesto sucesorio disponible al momento de su fallecimiento, se impondrá un impuesto sucesorio sobre el excedente, con una tasa marginal máxima del 40 %. 18
Transferir bienes a un fideicomiso en vida es una manera de ahorrar en el impuesto sucesorio futuro. La realización de donaciones con exclusión anual a fideicomisos elimina de su patrimonio bruto y del impuesto federal sucesorio el valor de la donación y su revalorización a partir de la fecha de la donación hasta el momento de su fallecimiento. (Véase más arriba con respecto a la realización de donaciones con exclusión anual en fideicomiso.) 19 Realizar donaciones durante su vida según su monto de exclusión del impuesto sobre donaciones elimina de su patrimonio bruto la revalorización del monto transferido a partir de la fecha de la donación hasta el momento de su fallecimiento. Además, a menos que el Congreso modifique la ley, se prevé que el monto de exclusión del impuesto sobre donaciones y del impuesto sucesorio se reduzca aproximadamente a la mitad (ajustado por inflación) a partir del 1ro de enero de 2026. Si realiza una donación antes de esa fecha y el monto de exclusión se reduce en 2026, el excedente que supere el monto total transferido antes del 1ro de enero de 2026, y el monto de exclusión reducido tras su fallecimiento también se excluirían de su patrimonio bruto y estarían exentos del impuesto sucesorio. 20
Puede emplear numerosas técnicas de planificación de fideicomisos a fin de reducir o congelar el valor de sus bienes para los efectos del impuesto sucesorio. Un fideicomiso de acceso vitalicio conyugal (SLAT, por sus siglas en inglés) le permite transferir activos a un fideicomiso en beneficio de su cónyuge, conservando al mismo tiempo la posibilidad de que este acceda a los ingresos o al capital del fideicomiso si su familia llegara a necesitar recursos adicionales.
Realizar una transferencia a un fideicomiso de anualidades retenidas por el otorgante o una venta de propiedad a un fideicomiso con defecto intencional le permite congelar el valor de los activos en su patrimonio, lo que limita el crecimiento de estos en su patrimonio conforme a una tasa de interés establecida por el Departamento del Tesoro y publicada por el IRS. Además, los activos que son propiedad de un fideicomiso otorgante (véase más arriba) aumentan libres del impuesto sobre los ingresos, lo que permite que la base fiscal crezca más rápidamente dentro del fideicomiso. Esto mantiene una mayor revalorización fuera de su patrimonio y reduce el valor imponible de sus bienes debido al impuesto sobre los ingresos que usted asume por las ganancias del fideicomiso.
La planificación de fideicomisos es complicada. Para determinar si un plan de fideicomiso es conveniente para usted y su familia, consulte con un abogado con experiencia en su estado de origen y en el estado en el que pretende crear el fideicomiso.
Cómo generar un patrimonio multigeneracional
Benjamin Franklin supuestamente dijo: “El dinero genera dinero. Y el dinero que genera dinero genera más dinero”. Esta breve declaración no es más que una descripción del interés compuesto y del impacto de una función exponencial. Tomemos un ejemplo simple. Digamos que usted invierte $1,000 y recibe el 4 % anualmente (sin tener en cuenta cargos e impuestos). Luego, dejemos que la inversión se capitalice durante 250 años, aproximadamente la edad de los Estados Unidos. Al final de ese periodo, esos $1,000 habrán aumentado a $18,127,371.
Por supuesto, este ejemplo es en cierta medida hipotético, ya que los ingresos (y en ocasiones el capital) están sujetos a impuestos, lo que reduce la base compuesta, y porque los mercados, en realidad, no avanzan a una tasa de retorno constante. Además, no solo los ingresos están sujetos al impuesto sobre los ingresos, sino que los activos de una persona también podrían estar sujetos al impuesto sucesorio a medida que cada generación fallece.
Además del impuesto federal sucesorio (descrito más arriba), Estados Unidos aplica un impuesto de transferencia transgeneracional (GSTT, por sus siglas en inglés), que grava la transferencia de bienes, ya sea en vida o al fallecimiento, a personas que pertenecen a una generación posterior a la del “cesionario”, como un nieto. La transferencia no tiene que realizarse directamente al beneficiario para que se cobre el impuesto de transferencia transgeneracional. Los fideicomisos que saltan generaciones también están sujetos al impuesto de transferencia transgeneracional. Por ejemplo, si usted creara un fideicomiso que pagara ingresos a su hijo, y luego de la defunción de ese hijo continuara a un nieto, al fallecer su hijo, el fideicomiso estaría sujeto al impuesto de transferencia transgeneracional. El impuesto de transferencia transgeneracional es un impuesto fijo que se aplica a la tasa marginal más alta del impuesto sucesorio vigente en el año en que ocurre el “salto generacional”. Cada cesionario individual tiene una exención del impuesto. En 2025, la exención máxima del impuesto es de $13.99 millones. Si usted transfiriera bienes a un fideicomiso (ya sea por donación o al fallecimiento) y aplicara su exención del impuesto de transferencia transgeneracional al monto total transferido, los bienes y toda su revalorización quedarían exentos de ese impuesto (y de futuros impuestos sucesorios) hasta que el fideicomiso se extinga y los activos se distribuyan a los beneficiarios, o hasta que alguna disposición del fideicomiso genere una transferencia sujeta a impuestos.
Sin embargo, ¿es realmente posible permitir que el dinero se capitalice durante largos períodos de tiempo sin sufrir reducciones de los impuestos sucesorio y sobre las donaciones? La respuesta es sí, cuando los fondos se conservan en un fideicomiso a largo plazo. Como se mencionó anteriormente, la ley estatal rige el interés con fundamento legal. En consecuencia, cada estado tiene reglas propias con respecto a la duración de los fideicomisos. En algunos estados, como Nueva York, los fideicomisos deben tener una fecha de finalización. 21 En otros estados, como Florida, si bien los fideicomisos tienen fecha de finalización, se les permite una existencia muy prolongada de 1,000 años (para fideicomisos creados a partir o después del 1ro de julio de 2022); 22 y en otros estados como Delaware, los fideicomisos pueden durar “para siempre”. 23
El impacto de la tributación de transferencia (es decir, del impuesto sobre las donaciones, sucesiones y transferencia transgeneracional) puede impactar de manera negativa la capacidad de generar patrimonio generacional. Considere la diferencia de resultados entre hacer una transferencia de $1 millón de dinero en efectivo a un fideicomiso a largo plazo exento del impuesto y una transferencia directa de $1 millón de dinero en efectivo (que de otro modo no estaría exento).
Aunque es un tanto artificial, suponga que la totalidad del dinero está invertida y, con la excepción de los pagos del impuesto, no se gasta ninguna cantidad del mismo. A los fines de este ejemplo, suponga que el retorno de las inversiones es del 5.5 % al año, del cual el 1.5 % son ingresos ordinarios gravados al 40.8 % y el 4 % es revalorización del capital. Además, suponga que el fideicomiso rinde 10 % de sus activos por año, sobre los cual que se paga un impuesto por ganancias de capital del 23.8 % (para facilitar el ejemplo, suponga que los activos vendidos tienen una base impositiva prorrateada). Por último, suponga que se cobraría un impuesto sucesorio del 40 % cada 50 años sobre los bienes que no estén exentos del impuesto de transferencia. Desde luego, los activos incluidos en el patrimonio bruto de un difunto recibirían un aumento de la base imponible conforme al valor del mercado a partir de la fecha de defunción (o la fecha de valoración alternativa). Por el contrario, los activos de un fideicomiso que no estén sujetos al impuesto sucesorio no recibirán dicho aumento. La tabla muestra el impacto de evitar un impuesto de transferencia en cada generación.
Protección del acreedor
Los impuestos no son la única manera en la que el patrimonio familiar puede disminuir. Muchas otras circunstancias pueden causar que una persona disipe el patrimonio. Las personas pueden hacer malas inversiones, prestar dinero a amigos que nunca lo devuelven, tener una empresa que quiebre, divorciarse, entrar en la quiebra o volverse adicto a las drogas o el alcohol. Los fideicomisos a largo plazo pueden ayudar a conservar y proteger los activos heredados frente a riesgos personales y comerciales futuros que puedan afectar a los beneficiarios.
Es común que los fideicomisos incluyan cláusulas de “spendthrift” o protección contra acreedores. Una disposición “spendthrift” incluida en el documento de constitución del fideicomiso impide que los acreedores de un beneficiario embarguen los activos del fideicomiso para cobrar deudas del beneficiario, incluidas la mayoría de las sentencias judiciales. Los fideicomisos “spendthrift” son, en general, creados por un fideicomitente que no es también un beneficiario, aunque en algunos estados, como Delaware y Ohio, se permite que estos fideicomisos incluyan al fideicomitente como beneficiario y proteja a los activos fiduciarios contra ciertos acreedores del fideicomitente.
Si pasa lo peor, los activos del fideicomiso pueden ayudar al beneficiario en tiempos difíciles (por ejemplo, al pagar directamente una rehabilitación por abuso de sustancias) mientras se protege la mayor parte del capital contra el embargo por parte de los acreedores del beneficiario.
Bienes de los beneficiarios jóvenes
Generalmente, un menor de edad puede anular cualquier contrato celebrado antes “del comienzo del día anterior al decimoctavo cumpleaños de la persona”. 24 Por lo tanto, por cuestiones prácticas, mientras que un menor de edad puede “poseer” bienes, resulta muy difícil (si no imposible) que el menor de edad gestione dichos bienes. Pocos adultos, si alguno, celebrarían un contrato con un menor de edad, ya que cualquier contrato que se celebre con un menor de edad puede ser invalidado por este.
Hay muchas maneras para que los menores de edad reciban el beneficio de los bienes, mientras se permite que un adulto gestione los bienes. Los bienes que se otorguen directamente a un menor de edad pueden ser administrados por un tutor asignado por orden judicial hasta que el menor de edad cumpla la mayoría de edad (usualmente 18 años). Otra manera es que la titularidad de los bienes se posea a través de una cuenta de la Ley Uniforme de Transferencias a Menores25 o de la Ley Uniforme de Donaciones a Menores, en la que un custodio adulto administra los bienes hasta que el menor cumpla la mayoría de edad (normalmente 18 o 21 años, pero en algunos caso 25 años). 26 Cada tipo de arreglo tiene sus desventajas. Por ejemplo, los tutores designados por orden judicial están sujetos a la supervisión del tribunal que los nombró y, a menudo, deben presentar informes anuales ante dicho tribunal. En ambos casos, los bienes objeto del arreglo se deben pagar al beneficiario a una edad muy temprana. Imagine que se paga una suma de cientos de miles o incluso millones de dólares a una persona de 18 años.
Dar indicaciones para que sus bienes sean manejados y administrados por un fideicomisario en un fideicomiso para un beneficiario menor de edad le permite estipular los términos y condiciones relativos al uso de los bienes, así como determinar cuándo los bienes se distribuirán al beneficiario del fideicomiso, si es que eso sucederá. (Véase más arriba los beneficios de usar fideicomisos a largo plazo.).
Se ofrece orientación
Existen muchas maneras de usar fideicomisos en su planificación de bienes. Los fideicomisos son herramientas flexibles y personalizables que le pueden ayudar a lograr sus metas de planificación. Sin embargo, debido a la gran flexibilidad que ofrecen los fideicomisos, a menudo se requiere asesoramiento especializado para determinar la mejor forma de integrar uno o varios tipos de fideicomisos en su plan patrimonial. Al colaborar con sus abogados, contadores y asesores financieros usted puede desarrollar el plan que haga un mejor uso de los fideicomisos para beneficio de su familia. PNC ha actuado en calidad de fideicomisario desde hace más de cien años. Si desea obtener más información sobre cómo incluir fideicomisos en su plan patrimonial, comuníquese con cualquier miembro de su equipo de PNC Private Bank.