Muchos inversionistas quizá no sepan que el término “inteligencia artificial” (IA) fue acuñado en 1956 por el científico informático John McCarthy, a partir de la idea de crear máquinas que imitaran el razonamiento humano. Hasta la actualidad, la convergencia de los macrodatos, la potencia informática y los algoritmos de aprendizaje profundo ha impulsado un rápido progreso en la productividad de diversas industrias y sectores. Dicho esto, creemos que los llamativos titulares sobre los recientes avances de la IA pueden eclipsar el panorama general, es decir, que la IA aún se encuentra en las etapas iniciales de su impacto potencial. En nuestra opinión, al igual que la reacción en cadena que se extendió durante décadas tras el surgimiento de Internet en la década de 1990, el impacto de la IA transformará los mercados, las industrias y la sociedad en las próximas décadas.

Como ha ocurrido con otros avances tecnológicos revolucionarios a lo largo de la historia, la proliferación de la IA ha enfrentado una combinación de entusiasmo e incertidumbre. Para los inversionistas, se está produciendo una transformación estructural que tendrá repercusiones a largo plazo en la productividad, la rentabilidad y las carteras de inversión. Si bien hasta ahora gran parte del enfoque en la IA se ha centrado acertadamente en Estados Unidos, China se ha consolidado silenciosamente como líder en áreas clave como patentes de IA, capital humano, manufactura avanzada y aspectos de infraestructura relacionados con la IA.

En esta edición de Strategy Insights, exploramos los principales aspectos a considerar con respecto a las oportunidades de inversión en IA alrededor del mundo. En general, consideramos que la promesa transformadora de la IA y de sus tecnologías relacionadas es sólida, y que la oportunidad de inversión es altamente favorable.

PARA UN ANÁLISIS PROFUNDO
Strategy Insights del cuarto trimestre de 2025