Ante las condiciones volátiles actuales del mercado, las empresas de todos los tamaños y sectores siguen buscando maneras para resistir el ajetreo de los obstáculos macroeconómicos. La inflación elevada, el aumento de las tasas de interés, las interrupciones de la cadena de suministro, la escasez de mano de obra y la liquidez reducida se están juntando para crear lo que parece una situación crítica.  

En medio de esta volatilidad, puede ser fácil perder de vista una importante realidad: Ha ocurrido anteriormente, y sabemos que es temporal. La historia confirma que la economía es cíclica. Aproximadamente cada diez años, remontándonos hasta la Gran Depresión, la economía ha tambaleado. Las desaceleraciones económicas normalmente se miden en meses y no en años, el periodo entre una desaceleración y otra es similar, y la economía siempre se recupera.

Cambio sísmico de la política monetaria

Los recientes titulares sobre la inflación tienen a muchos inversionistas en ascuas. Como inversionistas, desafiamos constantemente nuestro propio pensamiento y nos preguntamos cuándo un período inflacionario transitorio puede convertirse en algo diferente. En este caso, sin embargo, creemos que la alta inflación es una confirmación de una fase de expansión acelerada en el ciclo económico, y los inversionistas deberían seguir siendo constructivos con respecto a las perspectivas del mercado. Nuestras perspectivas se basan en dos objetivos principales: detener la COVID-19 y volver a acelerar las revisiones globales de las ganancias. La temporada de ganancias del tercer trimestre está en marcha, y las revisiones hasta ahora siguen siendo positivas. Creemos que la presión de la inflación derivada de los cuellos de botella en la cadena de suministro se debe a la escasez de mano de obra generada por la pandemia. PNC Economics espera ver nuevos avances en el mercado laboral en los próximos meses, lo que debería seguir aliviando la escasez de la cadena de suministro a corto plazo. Continuamos vigilando de cerca los indicadores del mercado, pero creemos que los mercados están preparados para una recuperación a largo plazo tras la recesión del año pasado.

La volatilidad actual se produce inmediatamente después de la mayor expansión observada en la historia de la economía estadounidense, y luego hay una recuperación muy fuerte después de la profunda pero breve recesión provocada por la pandemia, lo que puede contribuir al impacto que algunos están sintiendo en el mercado. Durante la mayor parte de los últimos diez años, la Reserva Federal ha empleado la flexibilización cuantitativa, una política monetaria que fue diseñada para aumentar la oferta de dinero nacional e impulsar la actividad económica. Además de reducir las tasas de interés hasta un mínimo del 0 %, la Fed aumentó su balance contable a casi $9 billones al comprar activos a largo plazo e inyectar enormes montos de liquidez a la economía. El resultado general fueron tasas de interés bajas tanto a corto como a largo plazo, la revalorización en una variedad de clases de activos, el sólido crecimiento del PIB y las tasas de desempleo más bajas en décadas, todos los cuales fueron resultados previstos de la flexibilización cuantitativa.

La flexibilización cuantitativa logró sacar a la economía de la Gran Recesión y posteriormente de la recesión generada por la COVID-19, aunque el estímulo monetario sostenido ha contribuido a la mayor inflación en 40 años. La respuesta actual de la Fed para frenar los excesos de la política no solo implica discontinuar la flexibilización cuantitativa, sino revertirla con un firme obstáculo en la forma del ajuste cuantitativo. Esto a su vez hará que una desaceleración económica sea mucho más probable en 2023.

El enfoque de la Fed para combatir la inflación se centra en aumentar las tasas de interés tanto a corto plazo como a largo plazo para reducir los préstamos extendidos a consumidores y empresas y moderar el crecimiento económico. El ajuste cuantitativo, es decir, la reducción del tamaño del balance contable de la Fed al no sustituir los títulos a medida que vencen, ha dado lugar a tasas de interés a largo plazo mucho más altas. Por ejemplo, la tasa de interés típica de una hipoteca a 30 años ha aumentado de menos del 3 % en septiembre de 2021 a casi un 7 % a finales de 2022. Además, el Comité Federal del Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) ha estado aumentando las tasas de interés a corto plazo a un ritmo sin precedentes. A principios de 2022, los mercados financieros esperaban que el FOMC aumentara la tasa de fondos federales, su tasa oficial clave a corto plazo, en aproximadamente 25 puntos básicos este año. Esto resultó ser una gran subestimación, ya que la Fed ha implementado un aumento de 425 puntos básicos a la tasa en 2022, y se prevé que habrá más aumentos en 2023, lo que es una clara indicación del compromiso que la Fed tiene con respecto de utilizar la política monetaria, incluido el ajuste cuantitativo, para reducir la inflación al objetivo del 2 % fijado por el banco central.

Según la opinión de los economistas de PNC, lo importante a tener en cuenta durante estos cambios tan drásticos es que estos son temporales. La flexibilización cuantitativa y el ajuste cuantitativo son políticas que la Fed implementa al tener la meta de lograr que la economía y los mercados financieros vuelvan a una condición de equilibrio. Hasta que esto suceda, las asociaciones financieras sólidas serán fundamentales para que las empresas se enfrenten a la volatilidad. 

Encontrar soluciones en un entorno de liquidez complicado

Adoptar una estrategia financiera segura requiere una importancia adicional debido al entorno económico actual y al panorama de las tasas de interés. Una ventaja del entorno de tasas de interés crecientes es que, si bien los costos de solicitar un préstamo son más altos, también lo son las tasas de las soluciones de liquidez que generan intereses. Una institución financiera que ofrezca tales soluciones, así como opciones que acepten la tolerancia al riesgo pueden jugar un papel importante para ayudar a las empresas a gestionar su dinero en efectivo de forma eficaz.   

“Es particularmente importante en un entorno de tasas crecientes que las empresas evalúen su estructura de liquidez y su posible exposición al riesgo”, dijo Dan Petrilla, asesor de productos de PNC. “La administración de liquidez eficaz debe incluir pronósticos del dinero en efectivo y segmentación del dinero en efectivo en las categorías operativa, estratégica y de reserva”.

Según Petrilla, si el dinero en efectivo para operaciones es esencial de forma diaria, semanal o mensual, las cuentas de cheques que no generan intereses o las soluciones sweep pueden ser una buena opción. En el caso de las necesidades de dinero en efectivo de reserva, las opciones que varían de cuentas que generan intereses a soluciones sweep completamente automatizadas pueden ser herramientas de administración de dinero en efectivo eficaces, dependiendo de cuánto dinero en efectivo se necesite para las operaciones diarias. En cuanto al dinero en efectivo estratégico a largo plazo, las empresas deben considerar una gama de opciones para maximizar el rendimiento al mismo tiempo que dan prioridad al riesgo. Lo más importante de todo es que las empresas deben continuar reevaluando su enfoque cada vez que cambien las tasas de interés o las condiciones del mercado.

“Las necesidades cambiarán a medida que cambien las condiciones del mercado”, dijo Petrilla. “Las empresas son quienes más podrían beneficiarse al asociarse con un banco que pueda ofrecer una gama de liquidez completamente personalizable, sin importar cual sea el entorno de las tasas”.

Listos para ayudar

PNC puede trabajar contigo para desarrollar estrategias para ayudarte a gestionar los problemas relacionados con la volatilidad del mercado y las soluciones de liquidez. Para obtener más información, póngase en contacto con su gerente de relaciones de PNC o haga clic aquí para contactarnos.