Las operaciones bursátiles y la inversión a largo plazo pueden considerarse casi como dos caras de la misma moneda: ambos enfoques intentan generar rendimientos mediante inversiones específicas en los mercados financieros.
Sin embargo, la forma en que se generan estos rendimientos -y los riesgos asociados a cada enfoque- es lo que realmente diferencia a los operadores de bolsa y a los inversionistas.
En un extremo del espectro están los operadores de bolsa. Si esta fuera la historia de la tortuga y la liebre, ellos serían la liebre. Intentan cronometrar los mercados comprando títulos y cambiándolos rápidamente para obtener beneficios, es decir, comprando a la baja, vendiendo a la alta y repitiendo la operación una y otra vez.
En el otro extremo del espectro están los inversionistas. Los inversionistas son como la tortuga, con un enfoque más lento y metódico. Los inversionistas tienden a comprar títulos con una perspectiva a largo plazo, creando una cartera que pretenden mantener durante largos periodos de tiempo -que van de años a décadas- a través de los altibajos de los ciclos de mercado hasta alcanzar una meta específica.
Así pues, en lo que respecta a las operaciones en bolsa frente a las inversiones, aunque es difícil señalar un enfoque como "mejor" que el otro, existen ciertas ventajas en un enfoque metódico a largo plazo. Sólo pregunte a la tortuga.
Los riesgos de las estrategias de comprar y vender a corto plazo.
Los operadores de bolsa actuales tienen acceso a más herramientas e información que nunca. Sin embargo, la información no es lo mismo que el conocimiento, y no cambia el riesgo de intentar cronometrar los mercados.
A fin de cuentas, los operadores de bolsa tienen que acertar dos veces: primero cuando compran un título y luego cuando lo venden. Si se equivocan en el momento, pierden dinero. Además, deben hacerlo repetidamente, con diferentes títulos y a lo largo de diferentes tramos del ciclo de mercado. Esto significa que cualquier riesgo que pudiera afectar a la economía: agitación política, un desastre natural, incluso una pandemia, podría afectar en gran medida su capacidad para lograr este momento correctamente. Además de eso, las operaciones en bolsa conllevan sus propios costos (como las ganancias de capital a corto plazo gravadas a tasas de ingresos ordinarios, así como las comisiones y los honorarios) que los inversionistas a largo plazo no generan con la misma frecuencia.
Las ventajas de una estrategia de mantenimiento a largo plazo
A diferencia de las operaciones bursátiles, la inversión es una estrategia de mantenimiento a largo plazo. Los inversionistas identifican una meta y arman una cartera diversificada que ajustan con el tiempo a medida que avanzan hacia dicha meta. Un ejemplo común sería una cartera que se conserva en una cuenta individual para la jubilación (IRA).
Con una cuenta IRA, un inversionista probablemente está buscando generar rendimientos para financiar una jubilación que podría estar a décadas de distancia, y es probable que no esté revisando o ajustando sus inversiones a diario.
Cinco pasos que puede dar para ayudar a construir una estrategia de inversión exitosa
Incluso con las probabilidades a su favor, hay diferentes acciones que puede tomar para ayudar a mejorar sus posibilidades de tener éxito con una estrategia de inversión a largo plazo. Es importante:
- Entender los objetivos, tolerancia al riesgo y horizonte en el tiempo de sus inversiones. Antes de empezar a invertir, debe saber en qué va a invertir, de cuánto tiempo dispone y cuánto riesgo está dispuesto a asumir para alcanzar esa meta.
- Desarrolle un perfil de asignación de activos que proporcione diversificación entre activos y clases de activos. No ponga todos sus huevos en una canasta. De este modo, cuando ciertos títulos tengan un rendimiento inferior debido a las condiciones del mercado, su cartera podrá seguir generando rendimientos de otros activos.[1]
- Reequilibre su cartera regularmente (trimestralmente, anualmente, etc.) para volver a su asignación de activos objetivo. No deje que las oscilaciones del mercado lo lleven a una ponderación excesiva en un tipo de título, por ejemplo, comprar más acciones de un título que se desempeñe particularmente bien.
- Sea consciente de los impuestos y las comisiones que afectan a sus rendimientos. Los distintos enfoques de inversión implican diferentes comisiones y consecuencias fiscales. Asegúrese de saber qué paga y por qué lo hace.
- Practique la paciencia y prepárese para el largo recorrido. Recuerde la tortuga y la liebre. Invertir debe ser considerado como una marcha lenta y constante hacia sus objetivos.
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