Cuando una empresa genera una renta por la venta de los productos o servicios que ofrece a los clientes, eso no significa que genere ganancias. La renta es lo que los clientes pagan a una compañía y su cálculo es relativamente sencillo. Por otro lado, las ganancias se presentan en tres formas diferentes y representan lo que una empresa gana una vez que ha pagado ciertos tipos de gastos.

Es importante monitorear y gestionar tanto la renta como las ganancias, ya que estas ofrecen diferentes datos sobre su empresa y el rendimiento de esta. Muchos se refieren a la renta como las entradas brutas ("top line") y a las ganancias netas como el balance final ("bottom line"). Como verá, esta terminología corresponde a la ubicación que la renta y las ganancias netas tienen en un estado de resultados.

Cómo entender las entradas brutas

El estado de resultados de una compañía captura el rendimiento que tiene una empresa a lo largo de una semana, un mes, un trimestre o un año. Incluye lo que la compañía gana a través de las ventas, así como los costos directos e indirectos que sostuvo para respaldar a la empresa.

Cuando los empresarios se refieren a las entradas brutas, están hablando de la renta, es decir, la primera partida del estado de resultados. Hacer crecer las entradas brutas se refiere a aumentar la renta.

Mantener o hacer crecer la renta total de su compañía es fundamental para el rendimiento financiero y la estabilidad de la misma. Al aumentar la renta, las compañías aumentan su capacidad de generar ganancias. Una campaña de marketing agresiva, las estrategias de precios innovadoras y el ingreso a nuevos mercados pueden aumentar la renta. Aún así, procurar el crecimiento de las entradas brutas solo representa un lado de la ecuación financiera.

Analizar las ganancias desde diferentes perspectivas

Agregar ingresos a la renta aumentará las ganancias únicamente si los costos se mantienen por debajo de la renta. Por lo tanto, la forma en que las compañías administran sus costos determina si una empresa generará ganancias o una pérdida. Entonces, además de monitorear la renta, los propietarios de empresas también deben prestar mucha atención a sus costos y el impacto que estos tienen en las ganancias.

Hay tres maneras para medir las ganancias: ganancias brutas, ganancias operativas y ganancias netas. Las ganancias brutas son la renta proveniente de las ventas menos el costo de los bienes vendidos. Las ganancias operativas se calculan al restar los gastos operativos de las ganancias brutas. Las ganancias netas son la cantidad que le queda a la compañía después de cubrir todos sus gastos, incluidos los costos operativos, intereses, impuestos y demás gastos no operativos, los cuales se restan de la renta total. Debido a que las ganancias netas son la última partida del estado de resultados, muchos se refieren a estas como el balance final.

Debido a que las ganancias netas tienen en cuenta todos los tipos de gastos, estas son la medida financiera en la que se centran con frecuencia los inversionistas, los bancos y demás partes interesadas. Sin embargo, monitorear las ganancias brutas y las ganancias operativas tiene la misma importancia, ya que estas ofrecen perspectivas referentes a diferentes aspectos de la empresa. 

Los usuarios de estados financieros calculan los márgenes de las ganancias brutas, operativas y netas para identificar tendencias y facilitar las comparaciones entre empresas similares. Esto implica calcular las ganancias brutas, operativas y netas, dividirlas entre la renta total y luego convertirlas en porcentajes.

Renta y ganancias: ambas cuentan una historia

La renta y las ganancias indican la salud financiera y el rendimiento operativo de una compañía. Aunque la renta indica la demanda que existe con respecto a los productos y servicios de una compañía, las ganancias netas ofrecen una perspectiva más detallada con respecto a cómo la empresa administra sus gastos directos e indirectos. 

Las ganancias brutas y operativas también son métricas importantes, ya que pueden destacar los cambios y las tendencias de los costos variables, directos e indirectos que afectan la rentabilidad de su compañía.

De forma conjunta, la renta y las ganancias netas proporcionan datos a las partes interesadas para tomar decisiones informadas referentes a la salud financiera, la posición competitiva y el rendimiento financiero general de una compañía.