Una de las mayores recompensas para una vida de arduo trabajo es la seguridad financiera en la jubilación. Por lo tanto, cuando se trata de atraer, retener y recompensar a los empleados clave, los planes de ahorros para la jubilación pueden ser un diferenciador. ¿Qué opciones existen para complementar los límites de contribución anuales de un plan 401(k)? Las pensiones con saldo de efectivo o un plan de jubilación no calificado podrían marcar la diferencia.

Desde su aparición a finales de la década de 1970, los planes 401(k) se han convertido en la norma de los ahorros de jubilación, pues un mayor número de estadounidenses participan en estos planes en comparación con cualquier otro tipo de cuenta de ahorros para la jubilación, según datos de la Oficina del Censo de los Estados Unidos. Son fáciles de usar y ofrecen ventajas fiscales, lo que los convierte en excelentes herramientas de ahorro para la mayoría de las personas. Sin embargo, los topes de las contribuciones anuales hacen que tal vez no sean la mejor opción como estrategia única para los empleados con altos ingresos u otros empleados clave.

“La mayoría de las personas se pueden beneficiar de un plan 401(k) sin importar su permanencia, puesto o nivel de remuneración, aunque estos quizás no representen un diferenciador competitivo para ciertos empleados que podrían necesitar una solución complementaria o un plan que brinde mayor flexibilidad”, dijo Christopher Dall, director general de soluciones de jubilación en PNC Institutional Asset Management.

Planes calificados frente a planes no calificados

Dicha flexibilidad se puede encontrar en un plan de jubilación no calificado. Los planes de jubilación se clasifican ya sea como calificados o no calificados. Los planes de jubilación calificados, como los planes 401(k), cumplen los requisitos de la Ley de Seguridad de los Ingresos de Jubilación de los Empleados de 1974 (ERISA) referentes a la elegibilidad amplia y la participación en un plan. Los patrocinadores y participantes de los planes posteriormente tienen derecho a diversas ventajas fiscales y protecciones de fondos en función del tipo de plan específico.

Los planes no calificados, como los planes de compensación diferida o los planes de bonificaciones para ejecutivos, ofrecen una mayor flexibilidad en cuanto a su estructura y generalmente no están sujetos a los requisitos del IRS o de ERISA, aunque tampoco reciben las mismas protecciones.   

Los planes no calificados no tienen límites en cuanto a las contribuciones y, debido a que no están sujetos a las regulaciones de ERISA, no es necesario ponerlos a disposición de todos los empleados. Generalmente solo se ofrecen a empleados selectos que reciben ingresos elevados como un instrumento de ahorros sin restricciones que complementa un plan 401(k). Los principales beneficios de un plan no calificado incluyen:

  • No tiene límites de contribuciones anuales.
  • No requiere la prueba de verificación de discriminación de ERISA, como es el caso de un plan de jubilación calificado.
  • Los beneficios de los empleados son gravados al momento en que se pagan, cuando el beneficiario presuntamente pertenece a una categoría impositiva más baja.
  • Se puede personalizar para satisfacer las necesidades particulares del empleado o del patrocinador.

La principal desventaja de los planes no calificados es que, si bien no están sujetos a los requisitos de la prueba de verificación de discriminación de ERISA, tampoco reciben las protecciones de ERISA. Los fondos de un plan no calificado no necesariamente están garantizados y podrían estar disponibles para los acreedores si el patrocinador del plan experimenta dificultades financieras. Los planes no calificados también pueden comprender contribuciones después de impuestos, a diferencia de muchos planes de jubilación calificados.

“Establecer un plan de compensación diferida u otra estructura no calificada puede ser una herramienta eficaz, ya que los términos se pueden personalizar y pueden permitir ahorros complementarios considerables para los empleados con ingresos elevados”, indicó Dall. “En particular cuando se tiene confianza en la estabilidad financiera del patrocinador del plan, los planes no calificados pueden marcar una verdadera diferencia”. 

¿Por qué una pensión con saldo de efectivo?

Una alternativa a ofrecer un plan no calificado es la pensión con saldo de efectivo. Una pensión con saldo de efectivo es un plan de beneficio definido que se administra de una manera muy similar a un plan 401(k) con contribuciones e intereses crediticios del patrocinador del plan. Es diferente de una pensión normal en el sentido de que en lugar de contar con un beneficio definido mediante un pago mensual garantizado en la jubilación (como es el caso de una pensión normal), en un plan con saldo de efectivo, el beneficio se define como un beneficio garantizado que se asemeja al saldo de una cuenta. El patrocinador del plan tiene la responsabilidad de financiar adecuadamente el plan para cumplir con ese saldo pese a las fluctuaciones del mercado. Las pensiones con saldo de efectivo son planes de jubilación calificados, por lo que reciben las protecciones de ERISA. Los principales beneficios de la pensión con saldo de efectivo incluyen:

  • Un beneficio garantizado disponible como suma única o en forma de anualidad al distribuirse.
  • Un beneficio que se puede transferir en caso de rescisión, cierre del plan, jubilación o una vez que usted cumpla los 59 años y medio de edad.
  • Un beneficio que cuenta con protección contra las posibles reclamaciones o demandas de los acreedores.
  • Contribuciones deducibles de impuestos para los patrocinadores del plan y contribuciones con impuestos diferidos para los beneficiarios.
  • Límites de contribuciones anuales superiores a los de un plan 401(k).

Al igual que los planes no calificados, las distribuciones de los planes de pensiones con saldo de efectivo son gravables para los beneficiarios, pero se pueden transferir a otra cuenta calificada, como una IRA u otro plan de contribuciones definidas calificado a fin de evitar impactos fiscales. Los patrocinadores de los planes asumen todo riesgo de inversión, así como la responsabilidad de satisfacer el beneficio prometido de los beneficiarios.

“Una pensión con saldo de efectivo puede ser una excelente herramienta de contratación para incentivar a los empleados clave, ya que ofrece ventajas fiscales y cuenta con protecciones a través de ERISA”, afirmó Dall. “Su estructura de contribución la convierte en una opción creciente y popular, en particular para las empresas pequeñas y medianas”.

Atraer, retener e incentivar a los empleados clave es fundamental para las empresas de todos los tamaños. Teniendo en cuenta las necesidades particulares tanto de los empleados como de los patrocinadores de los planes, un plan no calificado o una pensión con saldo de efectivo puede marcar la diferencia al proporcionar ahorros complementarios para la jubilación como parte de un plan de beneficios.