El financiamiento de PNC para la reciente construcción y ampliación de refugios para personas sin hogar y bancos de alimentos en todo el país está ayudando a atender a comunidades que luchan contra los costos crecientes de los alimentos y refugios al utilizar los créditos fiscales por la apertura de nuevos mercados (NMTC, por sus siglas en inglés).

El área de Soluciones de créditos fiscales del banco, que forma parte de la división de Bienes raíces de PNC, ofrece capital y recursos fundamentales en el espacio nacional de costa a costa en el que PNC tiene presencia para beneficiar a las comunidades de ingresos bajos a moderados. PNC utiliza una selección de programas de crédito fiscal federales y estatales para llevar a cabo esta labor, incluidos los créditos fiscales por la apertura de nuevos mercados (NMTC), créditos fiscales para viviendas de bajos ingresos y créditos fiscales históricos, así como sus propios fondos de conservación que tienen el objetivo de mantener los precios de las viviendas en un nivel asequible.

En los últimos años, el banco ha podido utilizar el programa NMTC para financiar más de 10 bancos de alimentos y refugios para personas sin hogar en los últimos tres años, lo que representa un total de casi $259 millones en financiamiento de PNC.

Enfoque de banco comercial que sirve al público en general

David Gibson, vicepresidente sénior y gerente de inversiones de créditos fiscales especiales del área de Soluciones de créditos fiscales de PNC, afirma que el financiamiento de los proyectos permite a PNC aprovechar su reputación como líder del sector en programas NMTC y como banco comercial al que le entusiasma atender a sus comunidades.

“Antes de la pandemia, habíamos realizado algunas inversiones estratégicas en temas de seguridad alimentaria y servicios básicos comunitarios en todo el espacio en el que tenemos presencia, pero después de observar el impacto que el COVID-19 tenía en las comunidades que atendemos, cambiamos el enfoque de una forma más sustancial para ayudar a satisfacer estas necesidades cruciales de infraestructura”, afirma Gibson. “Han pasado dos años y medio y seguimos observando una necesidad significativa en este espacio, en particular a medida que continúan las interrupciones provocadas por el COVID-19 y los costos de la vivienda aumentan. Es por ello que nos enfocamos en gran medida en asignar los recursos adecuados, incluidos nuestros programas de créditos fiscales para satisfacer las necesidades de cada comunidad individual”.

Estos proyectos reflejan la forma en que las asociaciones público-privadas pueden brindar a PNC el incentivo financiero de créditos fiscales para invertir capital accionario flexible de maneras que apoyen los resultados de desarrollo económico y comunitario en las comunidades de ingresos bajos o moderados.

El desafío de la inseguridad alimentaria

El impacto de los cierres y la escasez de suministros provocados por la pandemia, además del actual aumento de los costos debido a la inflación, han generado desafíos para un número cada vez mayor de personas que necesitan servicios esenciales, como alimentos y refugio.

A principios de este año, la organización Feeding America reportó que aproximadamente el 85 % de sus bancos de alimentos tuvieron un aumento en la demanda de asistencia alimentaria individual o familiar o que la demanda se ha mantenido constante respecto de las cifras que presentaba al inicio de la pandemia.1

Además, el índice de precios de comestibles en el hogar tuvo un aumento de casi un 10 % durante los 12 meses anteriores, lo que representa el mayor incremento desde abril de 1981, según la Oficina de Estadísticas Laborales.2

“Ante necesidades tan críticas, PNC puede jugar un papel importante al brindar a las organizaciones comunitarias el financiamiento creativo que necesitan para construir y ampliar sus instalaciones y operaciones”, afirma Gibson.


Un miembro del personal del Banco de Alimentos Comunitario de Atlanta empuja una carga del inventario de alimentos en las nuevas instalaciones de 70,000 pies cuadrados, con la que casi se duplica la capacidad del banco de alimentos y se cuadriplica su distribución de alimentos frescos.

El Banco de Alimentos Comunitario de Atlanta, que forma parte de la red de la organización Feeding America, recién construyó sus nuevas instalaciones de 345,000 pies cuadrados que servirán como su sede principal al utilizar $46 millones en asignaciones de NMTC provenientes de diversos socios de desarrollo comunitario, así como $19 millones en capital de NMTC y $30 millones en financiamiento tradicional de PNC. Además del espacio para oficinas, las nuevas instalaciones incluyen un almacén y un centro de distribución que atiende a 29 condados en Atlanta y el norte de Georgia.

El periodo de construcción de las nuevas instalaciones generó entre 275 empleos de tiempo completo y 40 empleos de tiempo parcial para trabajadores de la construcción que reciben un sueldo base o un sueldo superior.

Las nuevas instalaciones casi duplican la capacidad del banco de alimentos y cuadriplican su distribución de alimentos frescos. Las nuevas instalaciones también cuentan con un área aproximada de 70,000 pies cuadrados para almacenamiento en refrigeración y congelación, más plataformas de carga para distribución, instalaciones de procesamiento de alimentos a granel e instalaciones mejoradas para la participación de los voluntarios.

Posteriormente, el banco de alimentos recibió financiamiento adicional para permitir mayores compras de alimentos y brindar apoyo a los salarios y beneficios de los empleados contratados para satisfacer la demanda de servicios, lo que incluye $33 millones en asignaciones de NMTC provenientes de socios de desarrollo comunitario, así como más de $9 millones en capital de NMTC de PNC.

“Abrimos en la primavera del 2020 poco después que azotara la pandemia”, afirma Kyle Waide, presidente y director ejecutivo del Banco de Alimentos Comunitario de Atlanta. “Pese a los esfuerzos de los programas de asistencia alimentaria del gobierno y de la red alimentaria benéfica, una gran cantidad de nuestros vecinos se quedaba sin poder consumir muchas comidas. Nuestro almacén y complejo de oficinas nuevo y vanguardista, de manera conjunta con nuestras iniciativas estratégicas, impulsarán nuestros esfuerzos para acabar con el hambre”.

Waide menciona que se calculó que las familias de su zona de servicio se quedaron sin poder consumir casi 140 millones de comidas al año en el 2015.

“Desde entonces, hemos podido aumentar la distribución y cerrar la brecha parcialmente”, añade.

Ofrecer refugio

Tal como los costos crecientes han afectado la necesidad de tener bancos de alimentos, persiste la demanda de refugios para personas sin hogar. Más de medio millón de personas actualmente no tienen hogar en los Estados Unidos.3

Bethany House Services, que atiende la zona metropolitana de Cincinnati y sus alrededores, es el refugio para familias más grande en el Condado de Hamilton y atiende al 60 % de las familias sin hogar.

La organización recibió $17 millones en asignaciones y $6.8 millones en capital, lo que incluye la inversión de $4.442 millones de PNC en capital de crédito fiscal y $2.36 millones en préstamo puente.

“Al consolidar siete instalaciones, cinco de las cuales son refugios, en un solo edificio, el nuevo inmueble nos da la capacidad de atender por lo menos a 100 familias adicionales anualmente, nos permite mejorar el acceso a una gama completa de servicios de apoyo y ofrece refugio para quienes necesitan atención especial por el trauma relacionado con ser una persona sin hogar, ya sea por maltrato doméstico, estrés por interrupciones de vivienda u otros factores que afectan el bienestar familiar”, afirma Peg Dierkers, directora ejecutiva de Bethany House Services. “Lo más importante es que el nuevo refugio proporciona espacio en el lugar para las agencias asociadas, y eso mejora el acceso a una amplia gama de servicios, incluidos los servicios médicos, de atención psicológica y de empleo, es decir, servicios que son cruciales para nuestras familias”.

Bethany House Services enseña las habilidades básicas que las familias necesitan para contribuir a la comunidad y establecer relaciones con los servicios que necesitan una vez que salgan del refugio.

Ofrecemos ayuda de emergencia para que no vuelvan a convertirse otra vez en personas sin hogar. El financiamiento de PNC está ayudando a los niños y las familias más vulnerables de nuestra comunidad, es decir, a quienes no tienen un hogar, a lograr la estabilidad de vivienda y la autosuficiencia a largo plazo.

—Peg Dierkers, directora ejecutiva de Bethany House Services

El Impacto a principios de la pandemia

Tanto Bethany House Services como el Banco de Alimentos Comunitario de Atlanta observaron ajustes sin precedentes en las poblaciones que atienden durante la primera parte de la pandemia.

Para satisfacer el aumento de la demanda, el banco de alimentos estableció cientos de distribuidores de alimentos móviles en sedes asociadas de distribución, escuelas, centros municipales e incluso en grandes recintos, como el Atlanta Motor Speedway.

“A tan solo unas pocas semanas de que azotara la pandemia y las empresas comenzaran a cerrar y despedir a los empleados, las búsquedas en el mapa de nuestro sitio web “Find Help” tuvieron un incremento del 300 %. Nuestro sistema “SMS Text for Help” recibió casi 4,000 consultas durante los primeros 30 días”, recuerda Waide. “En el punto álgido de la pandemia, estuvimos distribuyendo hasta un 60 % más de alimentos cada semana en comparación con el volumen previo a la pandemia. Al sumar el impacto de la inflación, estamos distribuyendo entre un 30 % y un 35 % más que antes de la pandemia”.

De manera similar, en el caso de Bethany House Services, más de 2,100 familias llamaron a la línea directa regional para recibir ayuda en el 2020, pero únicamente 450 familias, es decir, tan solo el 21 %, pudieron recibir refugio o los servicios del programa. La organización también comenzó a ofrecer servicios de forma virtual para mantener la comunicación y satisfacer las necesidades de las personas que buscaban empleo y viviendas asequibles además de cuidados para sus hijos.

“En el momento en que financiamos muchos de estos proyectos, no podríamos haber sabido el impacto que la pandemia tendría con el tiempo en nuestras comunidades o en la economía”, afirma Gibson. “Nos enorgullece haber podido proporcionar los recursos de financiamiento crítico para que estas organizaciones puedan seguir realizando la excelente labor que están realizando”.

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