• La libertad financiera le permite tomar decisiones de vida sin estar limitado por la necesidad de ganar una cantidad determinada cada año.
  • Empiece definiendo metas financieras y dividiéndolas en pequeños pasos que pueda manejar.
  • Elabore un presupuesto y cíñase a este, establezca un fondo para emergencias, automatice sus ahorros y liquide sus deudas.
  • Monitoree su puntaje de crédito con regularidad y reporte los errores de inmediato a la agencia de informes de crédito.
  • Crear un plan y seguirlo de forma constante puede permitir que el proceso parezca menos abrumador.

Muchas personas sueñan con la libertad financiera, es decir, tener suficiente dinero para vivir la vida que desean sin tener que trabajar para solventarla. Lograr esta meta le da la capacidad de tomar decisiones en función de cómo desea vivir y no de la necesidad de ganarse la vida.

Aunque esta es una meta común, a menudo su logro parece estar fuera del alcance. Incluso con ingresos estables, los gastos imprevistos, las deudas crecientes o las prioridades poco claras pueden dificultar el establecimiento de una seguridad a largo plazo. ¿Cuál es la buena noticia? Tener un plan y ceñirse a este permite que el proceso sea mucho más manejable.

Comprender la libertad financiera

El camino hacia la libertad financiera tiene varios pasos. El primero es la seguridad financiera, que se define como contar con ahorros, inversiones e ingresos pasivos suficientes para cubrir sus gastos de manutención básicos. Después de lograr esta meta, muchos aspiran a la independencia financiera. Este es el punto en la vida en el que sus inversiones u otras fuentes de ingreso pueden solventar por completo su estilo de vida, por lo que trabajar se vuelve opcional.

La libertad financiera lleva las cosas un paso más allá. Esta ocurre cuando usted tiene recursos suficientes no solo para solventar su estilo de vida actual, sino también para disfrutar el estilo de vida con el que siempre ha soñado. Lograr la libertad financiera puede crear flexibilidad, reducir el estrés y brindar una mayor sensación de control. Aunque el camino es distinto para todas las personas, los hábitos claros y constantes permiten que sea posible. Estos seis consejos pueden ayudarle a empezar.

1. Establezca metas financieras

Establecer metas financieras ayuda a definir lo que desea lograr y le da un sentido de propósito a cada decisión. Aunque la libertad financiera puede ser la meta final, es importante dividir los pasos necesarios para llegar ahí. Empiece definiendo metas a corto, mediano y largo plazo, tales como:

  • Corto plazo (en los próximos 12 meses): Establecer un fondo para emergencias o liquidar deudas de menor cuantía.
  • A mediano plazo (en los próximos 1 a 5 años): Ahorrar para un vehículo o para el pago inicial de una casa.
  • A largo plazo (más de 5 años): Establecer ahorros para la jubilación o financiar la educación de los hijos.

Una vez que haya definido estas metas, divídalas en pasos que pueda manejar. Asigne fechas objetivo y defina puntos de referencia mensuales. Después, anótelos y revíselos con regularidad.

2. Elabore un presupuesto y cíñase a este

Un presupuesto le ayuda a entender en qué está gastando y a menudo destaca las oportunidades para realizar ajustes. No tiene por qué implicar la reducción de todos los costos. En lugar de ello, elaborar un presupuesto tiene que ver con asegurar que los gastos coincidan con sus prioridades.

Empiece por sumar sus ingresos y gastos fijos, como el alquiler, los servicios públicos y los pagos de préstamos. Después, calcule los gastos variables, como los comestibles y la gasolina, y tenga en cuenta los ahorros y los pagos de deudas extras. Muchas personas usan la regla 50/30/20 como pauta para evaluar los hábitos de gasto. Esto significa asignar:

  • 50 % de los ingresos para necesidades.
  • 30 % para deseos.
  • 20 % para ahorros y pagar deudas.

Estas cifras son un buen punto de partida, aunque es posible que tenga que ajustarlas según su situación actual y sus metas. Revisar su presupuesto con regularidad, idealmente cada mes, le ayuda a identificar qué está funcionando y qué podría necesitar ajustes. Con el tiempo, ceñirse a un presupuesto permite que sea más sencillo lograr las metas y sentir que tiene un mayor control de sus finanzas.

3. Establezca un fondo para emergencias

Un fondo para emergencias ayuda a cubrir los gastos imprevistos, como las reparaciones del automóvil, las facturas médicas o la pérdida repentina de ingresos, sin tener que depender de las tarjetas de crédito o los préstamos. Sirve como un amortiguador financiero, ya que ayuda a prevenir una espiral económica cuando las cosas no salen como se esperaba.

Los expertos por lo general recomiendan tener un fondo para emergencias que pueda cubrir de tres a seis meses de gastos obligatorios. Esto incluye la vivienda, los servicios públicos, los alimentos, el seguro y cualquier otro gasto fijo que no sea posible omitir. Sin embargo, si esta parece una meta intimidante, empiece de poco. Una cantidad de incluso $500 o $1,000 puede ayudar en el corto plazo. Dé prioridad a ahorrar de forma constante con el tiempo y el fondo para emergencias seguirá aumentando.

4. Reducir deudas

Liquidar las deudas es una parte fundamental de la creación de la libertad financiera. Los cargos por intereses pueden agotar los ingresos y dificultar el ahorro o la inversión para el futuro. Reducir las cantidades que adeuda, en particular en las tarjetas de crédito o préstamos personales que tienen intereses altos, libera dinero para otras prioridades.

Empiece enumerando todas las deudas, incluido el saldo, el pago mínimo y la tasa de interés de cada una. Después, elija una estrategia de pago que se ajuste a su situación. Los siguientes son dos enfoques comunes:

  • El método de la avalancha: Enfóquese primero en las deudas que tienen las tasas de interés más altas para ahorrar una mayor cantidad con el tiempo.
  • El método de la bola de nieve: Liquide primero el saldo más bajo para generar impulso y mantener la motivación.

Sin importar el método que elija, no deje de hacer los pagos mínimos de todas las cuentas a fin de evitar penalizaciones. Considere utilizar el dinero extra, por ejemplo, las devoluciones de impuestos, las bonificaciones o incluso las pequeñas cantidades inesperadas de dinero, para abonarlo a las deudas de mayor prioridad.

5. Automatice los ahorros

Es más fácil hacer crecer los ahorros si los depósitos se realizan de forma automática. Configurar transferencias recurrentes elimina la necesidad de decidir qué cantidad ahorrar cada mes, o si ahorrará alguna cantidad en un mes dado. También ayuda a hacer del ahorro un hábito en lugar de una meta. Varios bancos ofrecen programas de ahorros automáticos, lo que facilita transferir fondos de una cuenta de cheques a una de ahorros de forma regular. Considere configurar varias transferencias para satisfacer diversas metas, como un fondo para emergencias, el pago inicial de una casa o incluso un fondo para vacaciones.

6. Monitoree su puntaje de crédito

Su puntaje de crédito puede influir en las tasas de interés que le ofrecerán, el costo del seguro e incluso algunas oportunidades laborales o de vivienda. Revise su informe de crédito con regularidad para asegurar que sea correcto, y dispute cualquier error ante la agencia de informes de crédito de inmediato. La ley federal le permite obtener un informe de crédito gratuito de cada una de las agencias de informes de crédito al visitar AnnualCreditReport.com. Algunas instituciones financieras además ofrecen actualizaciones sobre el puntaje de crédito sin costo alguno.

Para concluir

La libertad financiera es una gran meta, pero se puede lograr mediante los hábitos constantes, las decisiones meditadas y una comprensión clara de sus prioridades financieras. No existe una fórmula universal, pero empezar con un plan y ceñirse a este puede permitir que el avance parezca más manejable. Con el tiempo, esta estructura puede ayudarle a generar la estabilidad y flexibilidad que acompañan a la verdadera libertad financiera.